El plan tiene como objetivo facilitar las actividades turísticas del sector y proteger los corales y organismos bentónicos, que son aquellos que habitan el fondo de los ecosistemas acuáticos como almejas, caracoles y cangrejos, al igual que aquellos que se adhieren a las rocas.
Las boyas evitarán que las embarcaciones arrojen sus anclas a las profundidades, destruyendo a su paso los arrecifes de coral, hogar de un sin número de especies marinas que son un atractivo turístico submarino, indicó este lunes el Ministerio de Ambiente.
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Esto, genera fuentes de trabajo, seguridad y dinamiza el desarrollo sostenible de la provincia, añadió.
Los ministros del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, y de Turismo, Gustavo Manrique y Niels Olsen respectivamente, colocaron las tres boyas de amarre iniciales.
Instalación de boyas
Previo a la instalación de las boyas, las autoridades firmaron el acta de recepción de un total de doce boyas de amarre que fueron divididas en partes iguales entre las provincias de Manabí y Santa Elena: seis en el Parque Nacional Machalilla y seis en la Reserva Marina El Pelado.
“Es importante unirnos para establecer y mantener mecanismos que nos permitan coexistir armónicamente con el ambiente, pues este tipo de iniciativas impulsa otras actividades que dinamizan la economía local”, dijo Manrique.
Y anotó que ONGs, sector público, privado, gobierno central y seccional “se han unido a través de esta iniciativa que aporta a la conservación de las especies marinas, genera empleo y mejora la seguridad.
El hecho marca -para Olsen- “un hito importante” pues “arranca el plan piloto para declarar las áreas protegidas del Ecuador libres de anclas”.
Los corales
“El turismo es un vehículo de conservación y desarrollo que debe tener un impacto positivo, pues si no hay corales, no hay turismo”, puntualizó.
La acción fue posible gracias al trabajo conjunto entre ambos Ministerios y la Fundación Conservación Marina de Ecuador CONMAR, cuyo equipo técnico desarrolló el diseño de las boyas y el sistema de amarre seleccionado, procedimientos funcionales y seguros para las embarcaciones y para la mitigación de impacto a los ecosistemas del fondo marino.
El mantenimiento de las boyas hasta el 2025 se realizará gracias al apoyo de Conservación Internacional.