En un comunicado emitido por el Gobierno sudafricano, el presidente del país, Cyril Ramaphosa, confirmó el fallecimiento del respetado religioso anglicano y envió sus condolencias a la familia Tutu.
“La muerte del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de pérdida en el adiós de nuestra nación a una generación de destacados sudafricanos que nos legaron una Sudáfrica liberada”, señaló el mandatario en el texto.
El presidente describió a Tutu como un "patriota sin igual" y un "hombre de un intelecto extraordinario" que mantuvo su integridad en la lucha contra las "fuerzas del apartheid".
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Incluso en democracia, destacó Ramaphosa, Tutu mantuvo el "vigor" y la "vigilancia" del liderazgo para exigir responsabilidades a las instituciones.
También confirmó el fallecimiento el actual arzobispo de Ciudad del Cabo, Thabo Makgoba, quien recordó al Nobel de la Paz como alguien que quería que todos los seres humanos vivieran en “libertad, paz y alegría”.
"En nombre de la Iglesia anglicana del sur de África, de toda la comunidad de la fe y, me atrevo a decir, en nombre de millones (de personas) a lo largo de Sudáfrica, África y del mundo, envío nuestras más profundas condolencias a su esposa, Nomalizo Leah, a su hijo, Trevor Tamsanqa, y a sus hijas, Thandeka, Nontombi y Mpho", expresó Makgoba en un comunicado.
"(Tutu) llamó por su nombre al mal allí donde lo vio sin importar quién fuera el que lo cometía. Desafió los sistemas que degradaban la humanidad. Podía desatar una furia justa sobre aquellos -en especial los poderosos- que infligían sufrimiento (...) Cuando los autores del mal experimentaban un verdadero cambio en el corazón, seguía el ejemplo de Dios y estaba dispuesto a perdonar", agregó en el mensaje.
Figura clave de la historia moderna de Sudáfrica
Galardonado con el premio Nobel de la Paz en 1984 por su lucha contra la brutal opresión racista del apartheid, a Tutu se le considera una de las figuras clave de la historia contemporánea sudafricana.
Su trayectoria ha estado marcada por una constante defensa de los derechos humanos, algo que le llevó a desmarcarse en numerosas ocasiones de la jerarquía eclesiástica para defender abiertamente posiciones como los derechos de los homosexuales o la eutanasia.
En los últimos años se había mantenido alejado de la vida pública debido a su avanzada edad y a los problemas de salud que arrastraba desde hacía años, incluido un cáncer de próstata.
Su última aparición pública había sido en unas breves imágenes en vídeo emitidas el día de su 90 cumpleaños (el pasado 7 de octubre), un aniversario que su fundación celebró con una conferencia virtual en la que participaron, entre otros, el máximo líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, la activista mozambiqueña y viuda de Nelson Mandela Graça Machel o la expresidenta irlandesa Mary Robinson.