En un acuerdo de los magistrados electorales, el CSE resolvió "hacer propia la solicitud al presidente de la República, comandante Daniel Ortega Saavedra, en su condición de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, para que denuncie la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA)".
La petición de los poderes del Estado nicaragüense fue expresada luego de que la 51 Asamblea General de la OEA, en una resolución aprobada el pasado viernes, consideró que las elecciones generales que garantizaron la permanencia de Ortega en el poder "no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática".
"La persistencia de los ataques de la OEA a nuestros procesos democráticos son una manifestación de intervencionismo que, por mandato constitucional, estamos llamados a declarar irrespetuosos e inadmisibles, y constituyen intromisión abierta en los asuntos internos de Nicaragua violentando nuestra soberanía e independencia", argumentó el CSE.
Las elecciones presidenciales y legislativas, celebradas el pasado día 7, destacaron por la ausencia de siete potenciales candidatos a la Presidencia de la oposición que fueron encarcelados previo a las votaciones acusados de "traición a la patria, entre ellas la independiente Cristiana Chamorro, favorita en las encuestas.
Así como por la eliminación de tres partidos opositores, la derogación de la observación electoral, discrepancias sobre el nivel de participación, y una serie de leyes que restringieron la participación en el proceso.
GOBIERNO SE PREPARA PARA DENUNCIAR CARTA
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, afirmó el miércoles que el Ejecutivo, que preside su marido, Ortega, se está preparando para denunciar la Carta de la OEA.
"Estamos poniéndonos de acuerdo y parece que todos estamos de acuerdo en denunciar este instrumento de colonialismo y de sumisión. Pretenden someternos, pero no, ni pudieron ni podrán, del imperialismo norteamericano decadente", dijo la primera dama.
Según Murillo, el Estado de Nicaragua tiene interés en "denunciar a la OEA porque violenta su propia Carta, porque violenta sus propias normas constitutivas, como dicen todos los instrumentos internacionales que se respeta la soberanía de los pueblos, de los países, de los Estados".
Ortega, de 76 años y que retornó al poder en 2007, fue reelegido para su quinto mandato de cinco años y cuarto consecutivo, junto con su esposa Murillo, como vicepresidenta, en esos comicios que no han logrado el reconocimiento de la mayoría de la comunidad internacional.
Además de la OEA, la Unión Europea, y una parte del resto de la comunidad internacional, rechazaron las elecciones de Nicaragua.
Por el contrario, entre los países que han felicitado a Ortega por su reelección se encuentran sus aliados de Bolivia, Corea del Norte, Cuba, Irán, Palestina, Rusia, Siria, Venezuela y Vietnam.