Un portavoz de la cancillería norcoreana publicó un comunicado a través de la agencia KCNA en el que aseguró que el lanzamiento de un misil balístico para submarino realizado el lunes “no supuso ninguna amenaza o daño para la seguridad de los países vecinos y la región”.
El portavoz, cuyo nombre no se especifica, criticó que Washington tildara el lanzamiento de "amenaza" y que esté realizando "acciones muy provocativas como la de convocar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU".
"Como ya se ha dejado claro, la disuasión de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país) no apunta a un estado o fuerzas específicos, sino a prevenir la guerra en sí y defender los derechos soberanos. Y EE.UU. y Corea del Sur han sido descartados como nuestros archienemigos", se afirma en el escrito.
Al compás de las últimas pruebas de armas de Corea del Norte (ha realizado cinco en cinco semanas desde mediados de septiembre), el régimen ha exhibido una nueva retórica en la que insiste en su derecho a la autodefensa y evita señalar como enemigos a Seúl y Washington, a los que acusa de usar un "doble rasero".
Los tres países siguen técnicamente en guerra, puesto que el conflicto que los enfrentó abiertamente entre 1950 y 1953 se cerró con un alto el fuego en vez de un tratado de paz.
"Criticar a la RPDC por desarrollar y probar el mismo sistema de armas que posee o está desarrollando EE.UU. es una clara expresión de doble rasero y solo despierta nuestras reticencias sobre la 'autenticidad' de su afirmación de que no busca antagonizar a la RPDC", añade el portavoz.
Este nuevo mensaje subraya así este renovado esfuerzo de Pionyang para que la comunidad internacional empiece a juzgar sus ensayos de armas de la misma manera que valora los de Seúl o Washington.
El régimen ha rechazado por el momento las repetidas ofertas planteadas este año por Washington para reunirse sin condiciones previas de cara a intentar reanudar el diálogo sobre desnuclearización, estancado desde 2019, argumentando que EE.UU. mantiene su "actitud hostil".
Por su parte, Seúl ha planteado la posibilidad de impulsar la firma de un tratado de paz entre las tres partes, propuesta que de cristalizar puede traer al aislado país de vuelta a la mesa de diálogo.