“Su sobrina me llamó para avisar”, dijo la dirigente de la AUN, que preside Jerez, Dolly Mora, durante una teleconferencia inicialmente prevista para informar la negativa de las autoridades a dejar salir de la cárcel temporalmente al líder estudiantil para ver a su madre por última vez.
Tras el arresto de Jerez en julio pasado, Meza, de 67 años, sufrió “derrame pleural por la condición de Max, al parecer hubo un tema emocional también, entonces todo, todo, todo, se concentró en eso, y lamentablemente hoy falleció”, señaló Mora.
Momentos antes del fallecimiento, la AUN había informado que la Policía Nacional había negado una solicitud del representante de Jerez para que este pudiera ver a su madre en el lecho de muerte.
El líder opositor fue arrestado el 5 de julio pasado, en medio de una ola de arrestos contra líderes opositores y profesionales independientes en el marco de las elecciones generales y ahora enfrenta juicio por supuesta “conspiración contra la integridad nacional”.
Antes de enfermar, Meza había defendido la inocencia de su hijo públicamente, exigió su liberación, y solicitó a la comunidad internacional mecanismos de presión para sacar a todos los “presos políticos” de las cárceles de Nicaragua.
“Doña Heidi (fue) una mujer de fe, ciudadana ejemplar y valiente”, afirmó la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, a la que pertenece Jerez.
REPUDIAN DECISIÓN
Diferentes organismos defensores de los derechos humanos recordaron que la legislación de Nicaragua garantiza el derecho a que los reos visiten a sus familiares enfermos o acudan a sus entierros y repudiaron la decisión del Gobierno sobre el caso de Meza y su único hijo.
“Murió sin poder verlo y con la angustia de su encierro injusto, la salud de doña Heidi se había deteriorado a raíz de la captura arbitraria de su hijo, desde ese momento no pudo verlo más, exigimos al poder judicial que gire una orden para que Max pueda asistir a las honras fúnebres de su madre (…) Max tiene todo el derecho de despedirse de su madre”, señaló el abogado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, Juan Carlos Arce.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) calificó la decisión del Gobierno nicaragüense como una “tortura”.
“Otro acto perverso e inhumano por parte del régimen Ortega Murillo, no permitió a Max Jerez ver a su madre con vida por última vez, condenamos esta otra forma de tortura contra los detenidos por razones políticas y sus familias”, indicó el Cenidh.
Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, cuyos datos son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Nicaragua hay más de 140 “presos políticos”, incluyendo siete aspirantes a la Presidencia.