Como explica el actor a Efe, lo suyo son “historias pequeñas sobre la gente y los problemas de personas imperfectas”, en cuyos guiones no hay héroes ni villanos y “tampoco es necesario un gran cambio de vida”.
Gordon-Levitt, que debutó con 13 años y desde entonces no ha parado de trabajar en Hollywood con títulos como El origen, siempre se ha inclinado por papeles de personas más corrientes que excepcionales. Su mejor ejemplo es el enamoradizo Tom de 500 Days of Summer.
Por eso, en la primera serie que dirige, protagoniza y produce, se preguntó cómo sería su vida si, a pesar de haber trabajado mucho, la suerte no lo hubiera acompañado.
Mr. Corman sigue la vida de su alterego, Josh Corman, un treintañero que, como muchos milenials, no lleva la vida que un día imaginó, lidia con la desgana y tiene algunos ataques de ansiedad.
"Para mí, las tramas que no cambian el mundo pero que tratan sobre seres humanos sencillos son las historias más interesantes", justifica Gordon-Levitt.
UNA COMEDIA QUE RECUERDA A “FLEABAG”
Aunque no lo parezca por su premisa inicial, su serie es una comedia que recuerda a Fleabag, el fenómeno de Phoebe Waller-Bridge que arrasó en los Emmy de 2019 y se convirtió en una de las series más laureadas de los últimos años.
Si Fleabag contaba la vida de una treintañera londinense, algo perdida en la vida y los negocios pero con mucha flema británica, Mr. Corman narra las idas y venidas de un treintañero en Los Ángeles, que soñaba con ser una estrella y está lleno de melancolía.
Amazon apostó por la primera y Apple por la segunda.
"Antes, si querías contar una historia así, tenías que grabar una película independiente, buscar algo de financiación y después esperar a que se pudiera proyectar en algún festival", analiza el actor.
Estilísticamente, Mr. Corman también tiene mucho del “indie” con el que Gordon-Levitt se hizo con un lugar privilegiado en Sundance. Cada episodio, de media hora, combina los diálogos de los actores con “alucinaciones” animadas sobre lo que pasa por la cabeza del protagonista.
LA PANDEMIA ES PARTE DE LA TRAMA
El primer capítulo introduce a Josh en agosto de 2019. Faltan 8 meses para que la pandemia del coronavirus cierre la ciudad de Los Ángeles y él pasa sus días dando clases en el colegio, saliendo alguna noche, discutiendo con su madre y jugando a la consola con su mejor amigo, interpretado por el guatemalteco Arturo Castro.
"Creo que, en su mayor parte, sabes que es una buena persona que hace todo lo posible, es un buen maestro, trabaja duro para sus alumnos...", analiza Gordon-Levitt.
Pero se siente un fracaso porque no ha conseguido ganar dinero con la música y porque "el mundo le dice que lo es, aunque sea un gran músico".
De los 10 episodios de la primera temporada, Gordon-Levitt dedica el cuarto a contar la historia de Victor, el compañero de piso del protagonista que trabaja como repartidor de correos y que, a pesar de llevar un vida muy corriente, suele estar alegre. Sus expectativas no eran tan altas.
La pandemia aparece en el octavo episodio, cuando los protagonistas discuten cómo lavarse las manos, pedir comida y pasar el tiempo encerrados.
“Algunos programas pueden ignorar la pandemia porque tal vez sean más escapistas o estén ambientados en un momento diferente. No tenía sentido para nosotros ignorarlo, no se sentía real”, explica Gordon-Levitt.