En un comunicado remitido anoche al rotativo estatal Global Times, la empresa estatal China General Nuclear Power Corporation (CGN) afirma que los indicadores operativos de los dos reactores de tipo EPR (Reactor Europeo de Presurización) de la central se han mantenido en los límites marcados por las normativas de seguridad nuclear del país.
Esta es la respuesta a una información del canal estadounidense CNN según la cual el Departamento de Energía de EE.UU. recibió una carta de la compañía francesa Framatome en la que advertía de una "amenaza radiológica inminente" en Taishan, y aseguraba que las autoridades chinas estaban elevando los límites aceptables para la detección de radiación fuera de la planta para evitar su cierre.
Framatome es filial del grupo estatal francés EDF, que es socio minoritario (30 %) de la compañía conjunta que opera la planta, TPNJVC, en la que CGN cuenta con el 70 % restante de la participación.
En un comunicado emitido anoche, EDF afirma que ha sido informada del "aumento de la concentración de ciertos gases nobles en el circuito primario del reactor número 1 de la central nuclear de Taishan", aunque esa presencia se trataría de un "fenómeno conocido, estudiado y previsto en los procedimientos de explotación de los reactores".
El grupo francés afirma que se mantiene en contacto con los equipos de TNPJVC para ofrecer asesoramiento y que ha pedido que se convoque una reunión extraordinaria de la junta directiva para evaluar "todos los datos" y tomar las "decisiones necesarias" sobre el suceso.
Por su parte, en otro comunicado, Framatome aseguró que está "apoyando la resolución de un problema de rendimiento" en la central nuclear y que, "de acuerdo a los datos disponibles, la central está operando dentro de los parámetros de seguridad".
Los expertos de la filial de EDF están evaluando la situación para "proponer soluciones" que zanjen "cualquier potencial problema".
El reactor número 1 de Taishan fue el primer EPR -tecnología desarrollada por Framatome- en entrar en servicio en el mundo, en diciembre de 2018, mientras que el segundo está activo desde septiembre del año siguiente.
En la región autónoma de Hong Kong, situada a unos 130 kilómetros al este de la central nuclear, la jefa del Gobierno local, Carrie Lam, habló hoy de "gran preocupación" por las informaciones, aunque por el momento las autoridades de la ciudad tampoco han detectado anormalidades de índole radiactiva, informa la televisión pública RTHK.
Lam afirmó que en Hong Kong se están supervisando constantemente los niveles de radiación antes de enviar un mensaje de calma: “Todo está normal y en línea con los estándares pertinentes”.