Con pocas horas antes del cierre de plazo para inscribir primarias legales en el Servicio Electoral (Servel), programadas para el 18 de julio, el mapa político chileno muestra un giro hacia la izquierda.
En una jornada de frenéticas negociaciones, el Partido Socialista (PS) se separó de aliados históricos como la Democracia Cristiana (DC) para acercarse a la izquierda del Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista (PC), pero no llegaron a buen puerto.
QUIEBRES EN LA CENTROIZQUIERDA
La DC, espacio que marcó la pauta institucional chilena durante los últimos 30 años al funcionar como bisagra entre la centroizquierda y la derecha, se desprendió esta tarde de su carta presidencial, la senadora Ximena Rincón, luego de sufrir un desastre electoral consiguiendo solo dos elegidos para la Convención que redactará una nueva Carta Fundamental para el país.
"No seré yo un obstáculo para que el PDC pueda conformar las alianzas que considere necesarias para los desafíos electorales que se avecinan, y de los cuales depende el futuro", señaló Rincón en su discurso frente a la Junta Nacional del partido, instancia soberana de la colectividad.
Y es que la DC está aislada del resto de fuerzas de centroizquierda, donde también se registraron caídas de aspirantes al Palacio de La Moneda.
Heraldo Muñoz, excanciller de Michelle Bachelet y excandidato del Partido por la Democracia (PPD), también renunció a su apuesta presidencial para apoyar a su par del Partido Socialista (PS), Paula Narváez, en un intento por oxigenar a su colectividad que se ha visto obligada a hacer guiños a una izquierda con la que a inicios de este mes rechazaba una primaria conjunta.
"Lo malo para nosotros fueron los resultados para los constituyentes (...) esto debe llevar a una reflexión a los partidos más tradicionales de la izquierda de cómo sintonizar con la sociedad que está cambiando", señaló Muñoz.
Sin embargo, hasta ahora el acercamiento entre el bloque PC-FA, definido como antineoliberal y que apuesta por transformaciones profundas al sistema, no ha logrado acuerdos con la cúpula del PS por desconfianzas al contar con el apoyo del PPD.
TERREMOTO EN LA DERECHA
Siendo el sector más golpeado por el veredicto de las urnas, la derecha chilena aún intenta ponerse de pie luego de la derrota en los megacomicios del fin de semana.
Desde el Gobierno liderado por Sebastián Piñera, se anunciaron posibles cambios de gabinete y sus cartas presidenciales también han sufrido la expansiva onda poselectoral.
La militante de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), Evelyn Matthei, depuso su precandidatura para dejar libre el camino para Joaquín Lavín, histórico dirigente del sector bien posicionado en las encuestas.
Tras no alcanzar su objetivo de obtener un tercio en la Convención Constitucional para ejercer mayor influencia en la redacción de una nueva Carta Magna, las dirigencias derechistas buscan culpables: unos apuntan al rechazo que genera Piñera, que según la encuesta Pulso Ciudadano tiene 9,8 % de aprobación; otros, a las dificultades de despliegue producto de la covid-19.