Tras una reunión de urgencia durante la noche del domingo, el Ministerio de Salud australiano decidió que los vuelos procedentes de Nueva Zelanda serán considerados como de “zona roja” para los próximos tres días y todos los viajeros procedentes del país deberán cumplir con una cuarentena obligatoria de 14 días en un hotel.
La burbuja de viaje, aplicada de forma intermitente desde octubre, permitía a los neozelandeses entrar en Australia sin necesidad de cuarentenas, aunque solo funcionaba en una dirección, ya que los viajeros que fueran de Australia a Nueva Zelanda sí debían confinarse.
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, afirmó este lunes que los casos detectados corresponden a la cepa británica del virus, que es hasta un 70 por ciento más contagiosa.
Mientras las autoridades investigan el origen de estos tres nuevos contagios, la mandataria ha incrementado las restricciones en Auckland, con la cancelación de eventos públicos y la prohibición de reuniones de más de diez personas fuera de casa, excepto para bodas y funerales.
La medida tomada por el gobierno de Canberra se produce el mismo día en que llegaron a suelo australiano las primeras 142.000 dosis de la vacuna de farmacéutica Pfizer, lo que permitirá el inicio de la campaña de vacunación a partir del próximo 22 de febrero.
Tanto Australia como Nueva Zelanda son dos de los países que mejor han contenido la pandemia de covid-19, gracias a la pronta toma de medidas como el cierre de sus fronteras.
Australia ha registrado hasta el momento 28.900 contagios, incluidos 909 fallecimientos, mientras que Nueva Zelanda acumula 2.336 infecciones, con 25 muertes.