Ese año, los británicos en su conjunto votaron un 51,9% a favor del Brexit, mientras que un 62% de los escoceses se opusieron a abandonar la Unión Europea.
“Ahora estamos atravesando un Brexit duro contra nuestra voluntad, en el peor momento, en medio de una pandemia y de una recesión económica”, deploró Nicola Sturgeon en el sitio de internet de su partido independentista, el SNP, dos días después de la salida del Reino Unido del mercado y de la unión aduanera.
Reiteró su determinación a celebrar otro referéndum sobre la independencia de Escocia, tras el que perdió su bando en 2014, cuando el 55% de los escoceses dijo “no” a la independencia.
Lea más: Reino Unido da sus primeros pasos como país “independiente” tras el Brexit
Pero la decisión de celebrar dicho referéndum recae en Boris Johnson, Primer ministro británico, quien se niega a ello. Sin embargo, una amplia victoria del SNP durante las elecciones locales de mayo próximo aumentaría la presión sobre Londres para aceptar una nueva consulta.
Según la última encuesta realizada por el instituto Savanta ComRes para el periódico Scotsman a mediados de diciembre, el 58% de los escoceses apoya ahora una ruptura con el Reino Unido, un resultado sin precedentes.
“Como miembro independiente de la Unión Europea, Escocia sería un socio y podría construir puentes, no solo un puente para construir una economía más fuerte y una sociedad más justa, sino también un puente para facilitar relaciones entre la UE y el Reino Unido “, dijo Sturgeon.
“No queríamos irnos y esperamos regresar pronto como socio de pleno derecho”, concluyó Sturgeon.