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Un verdadero embudo de gente se formó en la calle que conduce a la Casa Rosada en Buenos Aires, y una multitud corea cánticos llenos de dolor que dedican a una leyenda que hace unas horas se apagó para siempre.
Lanzamiento de fuegos de artificio, gente que se desborda queriendo pasar sobre las rejas, incluso niños. Hay personas con sillas de ruedas, todo el mundo quiere dar el último adiós a una leyenda del fútbol. En la casa presidencial en estos momentos familias enteras quieren entrar, y los desbordes se ven a simple vista.
El presidente Alberto Fernández y su jefe de gabinete Santiago Cafiero miran desde el balcón, preocupados por los ruidos que producen los fuegos de artificio.
Es impresionante la marea humana, que solo quiere despedirse de su ídolo, se calcula que entren algunos miles más de personas, pero no la cantidad que se agolpa frente a la Casa Rosada.
La policía cerró la fila y las quejas son multitudinarias. Hombres y mujeres de todas las edades lloran al más grande futbolista. Todo el país le quiere decir adiós. Maradona es argentino y toda la Argentina lo llora. La aglomeración es evidente pero nadie se va. No se resignan a que no puedan entrar.
El cortejo fúnebre saldrá de Casa Rosada y transitará por la avenida 9 de Julio hacia la autopista 25 de Mayo.