”Nos exigen ni más ni menos que cedamos el poder. Esto lo interpretamos de una sola forma: es un intento de tomar el poder, con todas sus consecuencias”, dijo Lukashenko en una reunión con el Consejo de Seguridad bielorruso.
La creación del órgano opositor, en el que participan reconocidas personalidades de la sociedad bielorrusa, como la Nobel de Literatura Svetlana Alexiévich, fue anunciada recientemente por la líder opositora bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya.
Aparte de la Nobel, también forman parte del consejo coordinador el histórico dirigente del Centro de derechos humanos bielorruso Vesná, Ales Beliatski; representantes de la campaña de Tijanóvskaya, periodistas, juristas, médicos, personalidades de la cultura y miembros de colectivos laborales del país.
Lukashenko, cuya renuncia es una de las principales demandas de la oposición, amenazó a los integrantes del Consejo coordinador con “medidas adecuadas”.
”Tenemos recursos suficientes para calmar a cabezas calientes”, se dirigió el mandatario a los miembros del Consejo coordinador, y agregó que la respuesta de las autoridades será acorde con “la Constitución y las leyes” del país.
Además, no dudó en descalificar a los miembros del Consejo, a algunos de los que llamó “nazis”.
Según Lukashenko, la oposición bielorrusa pretende alejar el país de la vecina Rusia, en particular a través de la prohibición del idioma ruso, la salida de Minsk de la Unión Interestatal (formada por Rusia y Bielorrusia) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, el bloque militar en el espacio postsoviético liderado por Moscú.
También denunció que un programa redactado por miembros de la oposición bielorrusa prevé la solicitud del ingreso del país en la Unión Europea y la OTAN.
”En Ucrania ‘implantaron’ la democracia hace unos diez años, pero nadie les admitió ni en la OTAN ni en la UE. Es más, nadie les espera allí. Y a nosotros, menos. Con eso simplemente destruiríamos nuestro país”, dijo Lukashenko, citado por la agencia estatal Belta.
Estas afirmaciones fueron negadas rotundamente por una de las dirigentes opositoras, María Kolésnikova, quien acusó al presidente de “manipulación y engaño”.
Kolésnikova aseguró en una rueda de prensa que la oposición quiere llevarse bien tanto con Rusia como con la Unión Europea.
LAS TROPAS, EN ALERTA
Simultáneamente, Lukashenko anunció inesperadamente que las tropas en la frontera occidental del país, que Bielorrusia comparte con países del bloque de la OTAN, habían sido puestas en alerta.
Según el presidente bielorruso, esta medida responde a una eventual amenaza externa a Bielorrusia y se produce después de las declaraciones de unos dirigentes occidentales que “no saben ni dónde está” el país eslavo.
Lukashenko, que no especificó a qué declaraciones se refería, subrayó que en Bielorrusia, “a día de hoy no sólo hay problemas internos, sino también externos”.
Desde el estallido de las protestas postelectorales, Lukashenko denunció que estas habían sido patrocinadas por países como Polonia o la República Checa, y después acusó a la OTAN de desplegar aviones y tanques a quince minutos de la frontera.
Aunque el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, criticó desde un principio la represión de las libertades, la Alianza Atlántica salió el lunes al paso de esas críticas y subrayó que “la OTAN no es una amenaza” para Bielorrusia.
DIPLOMACIA EN EL DÉCIMO DÍA DE PROTESTAS
El décimo día de las protestas postelectorales en Bielorrusia se caracterizó por una calma relativa en las calles y unas intensas negociaciones diplomáticas entre Bielorrusia, Rusia y países occidentales.
La situación en el país centró este martes unas conversaciones telefónicas entre el presidente ruso, Vladímir Putin; la canciller alemana, Angela Merkel; el líder galo, Emmanuel Macron, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
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En las tres conversaciones, según evidencian los comunicados del Kremlin, Putin advirtió contra los intentos de países occidentales de intervenir en los asuntos internos de Bielorrusia y desestabilizar la situación política en el país.
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Los acontecimientos de los últimos días en Bielorrusia también fueron abordados este martes en una conversación telefónica entre Putin y Lukashenko, la tercera en dos días entre ambos mandatarios. Mientras, en las cancillerías occidentales han saltado las alarmas sobre una posible intervención militar rusa, como ocurriera en la vecina Ucrania.
CONDECORACIÓN DE POLICÍAS
En medio del descontento popular por la violencia policial durante los primeros días de las protestas bielorrusas, este martes se supo que Lukashenko ha condecorado a cerca de 300 miembros de los cuerpos policiales y de seguridad con la medalla “Por servicio intachable”.
El entorno de la líder opositora Tijanóvskaya calificó la medida de un “insulto a todo el pueblo bielorruso”.
”Es un gran paso hacia un Estado policial. Y no vamos a aguantar eso”, añadió Kolésnikova. Según medios bielorrusos, en la actualidad en las prisiones bielorrusas se encuentran aún más de 60 ciudadanos detenidos durante las primeras jornadas de las protestas electorales.
Al mismo tiempo, más de medio centenar de personas se encuentran en paradero desconocido después de participar en las manifestaciones antigubernamentales que sacudieron el país eslavo tras el anuncio de la victoria de Lukashenko en los comicios con más del 80% de los votos.