Un artefacto explosivo improvisado (IED) detonó en las inmediaciones de un templo chií en el suroeste de la capital iraquí y poco después un atacante suicida se inmoló en la zona, explicó hoy a Efe un portavoz de la Comandancia de la Policía local, Ali al Miahi.
La acción, perpetrada cuando tenía lugar un funeral, causó dos muertos y 25 heridos, además del fallecimiento del yihadista suicida, detalló la fuente. El Estado Islámico reclamó la autoría del doble atentado en un comunicado de la agencia Amaq, vinculada al grupo yihadista.
Según su versión, dos atacantes armados con ametralladoras y granadas asaltaron el templo chií y posteriormente se inmolaron, mientras que también se atribuyó la responsabilidad de la explosión de una motocicleta bomba en el norte de la ciudad. Según el EI, hubo 90 víctimas entre muertos y heridos.
Tras la derrota del EI en Irak a finales de 2017, Bagdad ha registrado una importante caída en el número de atentados, si bien se siguen produciendo en algunos de sus puntos, en especial contra miembros de la comunidad chií, mayoritaria en el país. A finales del pasado junio, ocho personas murieron y una veintena resultaron heridas en un atentado suicida al término del rezo del viernes contra una mezquita chií en el este de la urbe.
Las autoridades iraquíes decidieron a finales del año pasado reabrir al tránsito la denominada Zona Verde, que alberga embajadas y organismos públicos y había estado cerrada a la libre circulación desde 2003, tras la invasión de Estados Unidos.