Solo las reinas católicas pueden vestir de blanco cuando se presentan ante un papa. Y ayer así lo hicieron la reina Letizia de España, la princesa Charlene de Mónaco, la duquesa María Teresa de Luxemburgo y la reina Matilde de Bélgica en la misa de inicio de pontificado de León XIV.

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Las cuatro soberanas católicas lucieron de impecable blanco y tres de ellas, Letizia, Charlene y Matilde, llevaron mantillas del mismo color sobre la cabeza en la misa inaugural del papado de Robert Francis Prevost, el Santo Padre número 267. Las demás reinas y primeras damas presentes vistieron de negro, como lo establece el protocolo.

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Actualmente, solo siete mujeres en el mundo pueden vestir de blanco inmaculado ante un papa, las mismas son católicas y parte de monarquías que profesan oficialmente la religión Católica Apostólica Romana. Además de las presentes ayer en la misa, también pueden lucir de blanco frente a un Pontífice la reina emérita Sofía de España, la reina emérita Paola de Bélgica y la princesa Marina de Nápoles.

“El privilegio de blanco” se da a las soberanas y consortes de monarquías católicas como un agradecimiento a las casas reales que se mantuvieron fieles a la Iglesia Católica a lo largo del tiempo y que lo siguen haciendo.
Así, Máxima de Holanda, a pesar de profesar la religión católica, vistió de negro en la entronización de León XIV, pues el rey Guillermo Alejandro es protestante.