Sin embargo, dentro del universo vitivinícola argentino, ¿cuáles son las cepas que reinan en el paladar paraguayo y qué propuestas se encuentran hoy en el mercado nacional?
Malbec: el indiscutible favorito
Hablar de vino argentino es hablar de Malbec. Originaria del suroeste francés pero adaptada magistralmente a los Valles de Mendoza y otras regiones argentinas, esta cepa ha conquistado al mundo y, por supuesto, al público paraguayo.
El Malbec argentino se caracteriza por su color profundo, notas intensas a frutos rojos como la ciruela y la cereza, y taninos dulces y redondos que facilitan la entrada al paladar.
Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura de Argentina, el 54% de las exportaciones de vino embotellado argentino corresponden a Malbec, cifra que se replica en la composición de etiquetas presentes en supermercados y vinotecas de Asunción y otras ciudades paraguayas.
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Cabernet Sauvignon: el clásico internacional
De los tintos robustos y elegantes, el Cabernet Sauvignon es otra de las grandes estrellas argentinas disponibles en Paraguay. Esta variedad, conocida por su estructura, intensidad y potencial de guarda, muestra en la versión argentina un perfil frutado y especiado, con taninos pulidos. Marcas tradicionales como Catena Zapata, Luigi Bosca y Trapiche tienen su Cabernet en casi todos los puntos de venta nacionales.
El Consejo Argentino del Vino destaca que las exportaciones de Cabernet han crecido un 9% en volumen en 2024, siendo Paraguay uno de sus destinos permanentes.

Bonarda: el secreto a descubrir
Menos conocida, pero en crecimiento, la Bonarda es la segunda variedad tinta más plantada en Argentina después del Malbec, aunque su popularidad recién empieza a trascender fronteras. Sus vinos son frutados, jugosos, fáciles de beber y versátiles para combinar con la parrilla—a gusto del paladar paraguayo.
Bodegas como Nieto Senetiner y Escorihuela Gascón apuestan a esta cepa, que está ganando lentamente espacio en las preferencias del consumidor local, especialmente entre los jóvenes.
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Torrontés: la joya blanca del norte argentino
Entre los blancos, el Torrontés argentino ha sabido conquistar corazones. Originaria y exclusiva de Argentina, brilla especialmente en la provincia de Salta, dando lugar a vinos frescos, aromáticos y de marcada personalidad, perfectos para climas cálidos como el nuestro.

Según estadísticas del Observatorio Vitivinícola Argentino, el 65% del Torrontés exportado llega a Sudamérica, donde Paraguay figura como mercado receptor de propuestas frescas, ideales para acompañar la gastronomía local.
Otras cepas y tendencias emergentes
No todo gira en torno a las cepas más conocidas. En los últimos años, la Syrah y el Pinot Noir, de estilos muy diferentes, pero igual de apreciados, han aumentado su participación en el mercado nacional.
La Syrah, con su potencia y notas especiadas, y el Pinot Noir, refinado y de perfil más ligero, consiguen adeptos entre quienes buscan nuevas experiencias en el brazo argentino.

Las estadísticas confirman que el consumidor paraguayo es cada vez más curioso y exigente. De acuerdo a un relevamiento de la Cámara Paraguaya de Importadores de Vinos, la variedad de etiquetas argentinas creció un 15% en 2024, con una mayor presencia en supermercados premium y tiendas especializadas en Asunción, Encarnación y Ciudad del Este.