El arte de cocinar verduras al punto justo
Cuando cocinás verduras, mantener su firmeza puede ser todo un desafío. Unos minutos de más en la olla bastan para que pierdan textura y atractivo. Entender los tiempos de cocción de cada tipo de vegetal hace la diferencia entre un plato atractivo y otro sin vida.

Las verduras sobrecocidas no solo quedan blandas; también pierden colores vibrantes, nutrientes y sabor. Cocinarlas el tiempo justo permite preservar vitaminas, minerales y su aporte a la dieta diaria.
Lea más: Tempura japonesa: el arte crujiente que conquista paladares
Además, comerlas al dente las vuelve más satisfactorias y mejora la experiencia en cada bocado.
Tiempos recomendados para las verduras más comunes

- Brócoli y coliflor: entre 3 y 5 minutos en agua hirviendo son suficientes para lograr una textura firme pero cocida.
- Zanahorias: cortadas en rodajas, requieren 4 a 6 minutos. Si están enteras, el tiempo se extiende a unos 10 minutos.
- Espárragos: con solo 2 a 4 minutos en agua o al vapor lográs un resultado crocante.
- Arvejas: entre 2 y 3 minutos es lo ideal.
- Papas: en cubos pequeños, las cocinás entre 8 y 12 minutos; enteras, aproximadamente 20 minutos.
- Zapallo y calabaza: entre 7 y 10 minutos, dependiendo del tamaño del corte.
- Espinaca y acelga: apenas 1 o 2 minutos bastan para que queden tiernas pero no pasadas.
Lea más: Así podés teñir pasta con vegetales: colores naturales y llenos de sabor
Consejos para conservar textura y color
Saltear verduras a fuego fuerte por pocos minutos ayuda a que mantengan crocancia.

Cocinarlas al vapor es otra técnica efectiva: minimizás el contacto con el agua y preservás sabor y nutrientes.
Si hervís, conviene sumergirlas en agua con sal y, una vez listas, pasarlas por agua fría (baño de hielo) para detener la cocción y fijar los colores.
Lea más: Ramen, pho o laksa: claves para entender las diferencias y descubrir tu sopa ideal

Usar una sartén bien caliente o una olla amplia permite cocción uniforme. Los cortes parejos aseguran que todas las piezas estén listas al mismo tiempo, evitando que algunas queden deshechas y otras crudas.
Vigilá y probá para encontrar tu punto ideal
Más allá de las tablas, el punto perfecto depende del gusto personal y del uso que les des a las verduras en cada plato. Probar durante la cocción es la mejor manera de ajustar y encontrar esa textura que más disfrutás.