El avance de la sommellerie no solo ha respaldado el progreso del consumo educado del vino en Paraguay, sino que ha añadido enriquecimiento mediante técnica y sensibilidad hacia el consumidor.
El Día Internacional del Sommelier celebra la fundación de la Association de la Sommellerie Internationale (ASI) en 1969, en Francia. Esta organización agrupa asociaciones de diversos países, buscando profesionalizar y dar prestigio a la labor del sommelier mediante estándares formativos y cooperación global.
Es una fecha que también sirve para reflexionar sobre el notable desarrollo del oficio desde los años 2000, facilitado por centros de formación especializada y una comunidad diversa y comprometida.
En Paraguay cada vez son más los que se dedican a este oficio.
Evolución: de recomendadores a intérpretes
Históricamente, el sommelier estuvo ligado al servicio de vinos en establecimientos de lujo, sugiriendo etiquetas y asegurando una experiencia distintiva. La versión moderna de este profesional es más bien la de un intérprete apasionado y conocedor del vino.
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Además de trabajar en restaurantes, puede desempeñarse en bodegas, enotecas, como asesor, catador o incluso productor de sus propias etiquetas. En cada recomendación rescatan historias y conexiones culturales enriquecedoras.
Diferencias con el enólogo
Mientras el enólogo crea el vino en origen, el sommelier transforma la técnica en experiencia para el público.
Aunque comparten una misma pasión, sommelier y enólogo tienen roles distintos. El enólogo se encarga de la producción del vino, desde el viñedo hasta su embotellado, tomando decisiones técnicas.
El sommelier actúa como el enlace entre el vino y el consumidor, interpretándolo y haciéndolo accesible. Ambos roles se complementan eficazmente, aportando conocimientos técnicos y perspectivas enfocadas en el cliente.
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Ser sommelier profesional requiere más que vocación, demanda estudios intensivos y formación completa. El proceso formativo abarca teoría y práctica, incluyendo: viticultura, geografía vitícola, técnicas de cata, maridaje, comunicación, y más. La formación continua es esencial, ya que el aprendizaje del sommelier es constante.
Es que el mundo del sommelier está en transformación. Destacan tendencias como: vinos sostenibles, diversidad cultural e inclusión, y narrativas sobre el terroir. El sommelier moderno aborda no solo notas de cata, sino también temas éticos y sociales que afectan la cultura vinícola.
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El arte de la cata y la empatía
La cata es una herramienta clave para el sommelier, involucrando los cinco sentidos. Se analiza el vino mediante la vista, olfato, gusto, tacto y sonido. Esta práctica va más allá del mero análisis técnico; es también un ejercicio de empatía, entendiendo gustos y emociones del consumidor. Así, el sommelier facilita una experiencia personalizada y significativa.

Celebrar el Día del Sommelier es celebrar el aprendizaje constante sobre el vino, guiado por profesionales que saben cómo conectar a las personas con su esencia más profunda. La educación y pasión de los sommeliers amplía nuestro entendimiento y disfrute del vino. Que todos levanten sus copas en reconocimiento.