Estas son las señales de un hígado intoxicado

Te contamos a qué síntomas prestar atención y cómo alimentarte si tenés problemas de hígado.

Hígado intoxicado.
Hígado intoxicado.Shutterstock

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Una “pataleta al hígado” puede ser un problema digestivo, de la vesícula o del intestino, no siempre asociado justamente al hígado. Pero si este órgano realmente está funcionando mal, hay ciertas señales que nos envía nuestro cuerpo para llamar la atención.

El hígado es, además del órgano de más volumen de nuestro cuerpo, uno de los que realiza una mayor variedad de funciones.

Cuáles son las funciones más importantes del hígado

Hígado.
Hígado.

1) Depurar nuestra sangre eliminando toxinas y células que ya no son útiles.

2) Ayudar a sintetizar los glúcidos y los lípidos, permitiéndonos además evitar hemorragias.

3) Gracias al hígado almacenamos vitamina A, D, K y E, básicas para obtener energía. La mala alimentación, así como los hábitos de vida poco saludables, representados por ejemplo por el abuso del alcohol y otras drogas, pueden acabar saturando nuestro hígado, mermando su salud y capacidad para realizar sus funciones, lo cual repercute negativamente en el resto del organismo.

Síntomas de alerta

Todos los síntomas aquí detallados se deben a un problema del hígado, pero será el médico quien determine si se debe a la enfermedad del hígado graso, a una inflamación, una hepatitis u otra cosa, ya que los cuadros descriptivos suelen ser muy similares. Solo las pruebas médicas indican de qué tipo de enfermedad hepática se trata.

1. Náuseas. Es el primer síntoma y el más evidente de un problema en el hígado. Nos podemos sentir mal después de comer o, incluso, tener una pesadez en el abdomen, náuseas, mareos e incluso vómitos. En muchas ocasiones esto puede deberse a muchas otras cosas y no precisamente a un problema hepático. Pero si es un hecho repetitivo, no dude en consultar a su médico.

2. Dolor. El dolor del hígado se sitúa en la parte superior del abdomen, justo debajo de las costillas, pudiendo alcanzar también la espalda, y haber incluso hinchazón abdominal. Es posible sentir ardor e incluso fiebre, y puede deberse a una inflamación o cólico biliar.

3. Ictericia. Se presenta como una decoloración de la piel, un tono amarillento muy característico en el rostro y el cuerpo. Esto se debe a un exceso de bilirrubina (bilis) en el organismo y la sangre, por un problema en el hígado. Puede ser uno de los síntomas iniciales asociado, sobre todo, a una hepatitis contagiosa.

4. Fatiga y debilidad. Cuando padecemos un problema en el hígado es común sentirnos cansados, agotados y sin mucho apetito. En ocasiones podemos asociarlos a otras cosas y no le damos importancia, ya que es habitual tener uno o más días de debilidad. Pero cuando son continuados, cuando es habitual este estado de inapetencia y agotamiento, hay que consultar con el médico.

5. Fiebre. En ocasiones suele aparecer un dolor en el abdomen, nos sentimos hinchados, pesados y muy cansados. Ante estos estados debemos cuidar mucho nuestra temperatura, si tenemos fiebre es sinónimo de inflamación e infección.

6. Deposiciones de color claro. Controla tus deposiciones cuando vayas al baño. Si estas presentan un color claro, puede que se deba a un problema del hígado. Es posible también que sufras de colon irritable, asociado a su vez a posibles problemas hepáticos.

7. Picazón en el cuerpo. Esto se debe a la acumulación de bilis bajo la piel. El cuerpo pica y nos sentimos incómodos, ya que la sangre reacciona ante toda esa acumulación de toxinas que el hígado ha dejado de depurar.

8. Sangrados y moretones. Este es un síntoma menos usual, pero asociado también a un problema hepático. El sangrar muy a menudo por la nariz, o que aparezcan moretones sin saber cómo, está relacionado con una deficiencia de proteínas debido a un mal funcionamiento del hígado. Hay que tenerlo en cuenta.

Alimentos aconsejados para el hígado

Té de manzanilla.
Té de manzanilla.

Para sobreponerse a los problemas del hígado conviene elegir:

- Leche y quesos descremados.

- Carnes blancas, como pollo sin piel, pescados de mar, lomo de cerdo y otras sin grasa.

- Los ácidos grasos esenciales (Omega 3 y 6), ayudan en el metabolismo hepático y están presentes en las semillas y/o aceites de lino, chía, girasol y sésamo, el aceite de soja, el germen de trigo y en las nueces.

- Claras de huevo.

- Zanahoria hervida, calabaza, zapallo, pulpa de tomate y zapallitos sin semillas, chauchas sin hilos y sin porotos, y remolacha bien cocida.

- Frutas: solo banana bien madura, manzana, pera, durazno y damasco sin cáscara.

- Miel de abejas.

- Jugos caseros de frutas permitidas, licuados.

- Aceites vegetales puros sin cocinar, solo para condimentar: oliva, canola, girasol, etc.

- Evitar los picantes (pimienta, pimentón, ajo, etcétera).

- Caldos caseros de verduras permitidas.

- Infusiones: mate y té claros. Ciertas hierbas ayudan a reparar el hígado, desintoxican, protegen y reducen la inflamación. Estas son: cardo mariano, diente de león, boldo y manzanilla.

- Evitar el tabaco, alcohol y cualquier otro tipo de droga.

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