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Está claro que necesitamos beberl agua a diario para el correcto funcionamiento del organismo y, también, para regular la temperatura corporal, y cuando más aprieta el calor, más líquido nos pide el cuerpo. La propuesta no es preparar refrescos propiamente dichos, como puede ser una limonada, sino mantener el carácter saludable, ligero y natural del agua, pero dándole un toque diferente, servirla de formas originales para vestirla de verano y darle un estilo más festivo acorde con las vacaciones.
Para preparar aguas refrescantes, solo necesitamos añadir al líquido elemento ingredientes frescos y naturales que aporten color, aroma y un toque de sabor. En algunos casos, el efecto será más de decoración que de saborizante, pero sí puede ayudar a hacer más atractivo el consumo de agua para aquellos a los que les cuesta un poco más. El agua tiene que mantener su sabor neutro, por eso un ligero toque aromático es suficiente.
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Esto se consigue infusionando el agua en frío, añadiendo a las botellas, jarras o vasos ingredientes, como frutas, hierbas o, incluso, hortalizas, siempre bien lavadas, preferiblemente de temporada. Una buena idea es añadirlas frías o directamente congeladas, para que se mantengan frescas más tiempo y ayuden a enfriar el agua.
Si se dejan infusionar toda la noche, conseguiremos un mayor sabor; en ese caso, conviene filtrar la mezcla antes de servir o de añadir nuevos ingredientes frescos para conseguir agua más limpia. También podemos usar agua con gas si queremos que sea aún más veraniega y festiva, siempre que no lleve ningún sabor añadido.
Agua con frutas, vitaminas y colores
Lo interesante de aromatizar y decorar el agua con fruta fresca es el bonito efecto que crea aportando colores vivos y alegres, que hacen mucho más apetecible servirse un vaso, por eso buscamos fruta visualmente atractiva.
Si ya está muy madura, tendrá un aspecto menos agradable a la vista y puede empezar a disolverse con el agua, así que mejor optar por piezas duras, firmes y sin golpes. Dependiendo de cada variedad, podemos cortarla al gusto, buscando siempre el mejor efecto.
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La fruta más grande se puede cortar en cubos como si fueran cubitos, por ejemplo, la sandía, el melón o el mamón o, también, en rodajas y medias lunas. Incluso podemos ponernos artísticos y cortar formas con un cuchillo o usando cortadores de galletas, por ejemplo, sacando estrellas y corazones de rodajas de piña o mango.
Té y otras hierbas en su versión refrescante
El iced tea es una de las bebidas frías más populares en los Estados Unidos y en muchos otros países, donde compite con la limonada casera en las cocinas familiares. El té se puede utilizar al modo habitual, infusionando en caliente, o dejando que actúe en frío.
En este último caso habrá que esperar al menos dos horas para que se liberen los aromas y propiedades de las hierbas en el agua, así se consigue un resultado más sutil y suave. Podemos jugar con la intensidad del aroma probando a añadir más o menos bolsitas o cucharadas de té y luego combinarlo con frutas o verduras.
El té verde, el blanco y el rojo son buenas opciones, pero también las infusiones de menta, hierbabuena, anís, hinojo, tomillo, romero, salvia, regaliz, albahaca o cilantro.
Aguas con hortalizas y verduras
También las verduras y hortalizas pueden ser un buen toque a nuestras aguas saborizadas, añadiendo color y vitaminas. Además dan un aspecto más saludable.
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El pepino es una de las mejores opciones para añadir al agua, apenas incorpora sabor, pero sí suma buenas propiedades y aguanta muy bien el remojo.
Las verduras más duras y resistentes son las mejores para sumergirlas en agua, como la zanahoria, mejor pelada un poco previamente; el apio, el hinojo o el pimiento.
Algunas ideas para saborizar agua refrescante
Limón, té verde y hojas de menta.
Pomelo, lima, albahaca y romero.
Sandía, melón y hierbabuena.
Zanahoria, pepino, pera y salvia.
Piña, pepino, menta y jengibre.
Mora, frambuesa, naranja y lima.
Frutilla, albahaca y limón.
Naranja, té verde y lavanda.
Sandía y té rojo.
Limón, jengibre y pepino.