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La mayoría de las personas puede comer una gran variedad de alimentos sin problemas. No obstante, en un pequeño porcentaje de la población, hay determinados alimentos o componentes de los alimentos que pueden provocar reacciones adversas, desde pequeñas erupciones hasta reacciones más graves.
La intolerancia alimentaria puede ser un resultado de la reacción del cuerpo debido al consumo de ciertos alimentos. Es muy frecuente que los alimentos que incluimos en nuestra dieta diaria pueden ser los causantes del problema.
Varios estudios han demostrado que las intolerancias alimentarias pueden estar vinculadas con los anticuerpos IgG que se producen al consumir el alimento. Normalmente, estos anticuerpos no producen ningún efecto dañino al cuerpo, pero si el sistema inmune o digestivo no funciona correctamente, la presencia de los anticuerpos podría causar una amplia gama de síntomas.
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Estos síntomas pueden persistir por varios días, y por ese motivo es difícil definir cuál es el alimento que le está causando daño a su cuerpo.
Intolerancias alimentarias: síntomas de alerta
La intolerancia alimentaria puede tener síntomas similares a los de una alergia alimentaria (entre ellos náuseas, diarrea y dolor abdominal); sin embargo, el sistema inmunológico no interviene en las reacciones que se producen de la misma manera. La intolerancia alimentaria se da cuando el cuerpo no puede digerir correctamente un alimento o uno de sus componentes.
Síntomas respiratorios: rinitis, sinusitis, catarro, tos persistente y asma.
Músculo-esquelético: artritis, dolores articulares, dolores musculares, hinchazón, rigidez y debilidad.
Gastrointestinales: vómito, hinchazón abdominal, dolor abdominal, calambres, gases, retención de líquidos, náuseas, estreñimiento, diarrea, síndrome de colon irritable, problemas de control de peso, problemas menstruales y cólicos.
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Neurológicos: migraña, dolor de cabeza, insomnio, falta de concentración, malhumor, cambios de comportamiento, palpitaciones, depresión, ansiedad, fatiga crónica e hiperactividad.
Dermatológicos: urticaria, dermatitis atópica, eczema, picores y erupciones en la piel.
Alimentos que pueden provocar intolerancias
Cereales: trigo, avena, arroz, maíz, centeno, trigo duro y gluten.
Frutos secos: almendra, nuez de Brasil, castañas, nuez y maní.
Carnes: vacuna, pollo, cordero, ternera y cerdo.
Pescados: atún.
Pescado blanco: bacalao, platija, lubina, abadejo y merluza.
Pescado de agua dulce: salmón y trucha.
Mariscos/ frutos de mar: camarones, langostinos, langosta, cangrejo y mejillón.
Lácteos y derivados: leche, queso, yogur, crema de leche, dulce de leche y manteca.
Huevo entero: clara y yema.
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Vegetales: brócoli, repollo, zanahoria, puerro, papa, apio, pepino, pimientos, ajo y jengibre.
Frutos: tomate, naranja, limón, manzana, grosella negra, frutilla, pomelo, granada, melón, sandía y aceituna.
Infusiones: té rojo, té negro, té verde, té de hierbas y té de frutas.
Legumbres: poroto rojo, poroto negro, poroto manteca, lentejas, garbanzos, habichuelas y soja.
Cómo se diagnostican las intolerancias alimentarias
En la actualidad se puede realizar rápida y efectivamente el diagnóstico y tratamiento de las intolerancias alimentarias con un test proveniente de Inglaterra, que ayuda a identificar este problema detectando el IgG en su sangre.
Este test puede detectar 46 tipos de alimentos a los cuales el ser humano podría ser intolerante, usando solamente una pequeña muestra de sangre en combinación con unos reactivos para obtener los resultados.
La realización del mismo solo lleva 40 minutos y, de acuerdo a su resultado (que se obtiene durante la consulta), rápidamente se puede detectar si una persona padece de alguna intolerancia alimentaria. Una ventaja es que no se necesita preparación previa, es decir, no necesita estar en ayunas para realizarse el test.
El paciente recibe un material impreso que le brinda la interpretación exacta de los resultados, en el cual se definen los alimentos que se recomienda eliminar, alternativas para reemplazar el o los alimentos intolerados, y una guía de recetas dulces y saladas para que el tratamiento sea más llevadero.
Con estos resultados se puede ir ajustando la dieta diaria, eliminando aquellos alimentos a los que tiene intolerancia por un periodo mínimo de tres meses. La diferencia se puede notar al poco tiempo, ya que se sentirá mucho mejor.
Alimentos recomendados
Esta pequeña guía alimentaria para personas con intolerancias les ayudará a programar sus comidas diarias.
Desayunos y meriendas
- 1 taza de café negro o cortado con leche vegetal (leche de almendras, de arroz, de coco, de avena, de quinua, de soja).
- 1 vaso de jugo de frutas diluido con un poco de agua.
- 3 a 4 galletitas de arroz con mermelada light.
- Panqueques (con harina de arroz, harina de almendras o harina de coco) con 1 banana + 1 huevo + edulcorante.
- 1 taza de leche vegetal + cereales de maíz o arroz + semillas + frutas.
- 1 o 2 pancitos de arroz con queso untable de tofu (ver recetas en página 14 y 15).
- Frutas.
Media mañana y media tarde
- Frutas.
- Gelatina dietética.
Almuerzos y cenas
- Sopas de verduras (sin queso ni leche).
- Verduras cocidas y ensaladas crudas.
- Carne vacuna o carne de cerdo (asado, bife a la plancha, al horno, chorizos, etc.)
- Aves (pollo o pavo grillé o al horno).
- Atún (en lata al agua).
- Pescados.
- Legumbres (porotos, lentejas, garbanzos).
- Guarniciones: papa, arroz, batata, mandioca o fideos de arroz (en el almuerzo).
- Postres: frutas, gelatina diet, ensalada de frutas, compota de frutas, helados al agua, postres sin lácteos, trigo, gluten ni huevo.
Evitar:
- Lácteos y derivados.
- Huevos.
- Gluten, trigo (y alimentos que los contengan).
- Mariscos.
- Frutos secos en general.
Reemplazos de alimentos:
- Una de las intolerancias más frecuentes es a la harina de trigo. Esta se puede reemplazar por harina de avena, de arroz, de almendras, de porotos y de coco. En pastas, hay fideos de arroz, de batata y hasta de quinua, que se consiguen en los almacenes orientales. Elegir cereales para el desayuno a base de arroz o maíz.
- Suprimir los lácteos y sus derivados (productos que contienen lactosa y caseína) y reemplazarlos por leche de coco, de avena, de arroz, de soja, de quinua, de almendras. En la actualidad, estas leches se pueden obtener en los supermercados, en las casas de productos dietéticos, o bien se pueden realizar en el hogar en forma casera. Así también, se pueden reemplazar los quesos por tofu (queso de soja), queso de girasol o de castañas.
- Para las personas que no toleran los huevos en general, un huevo entero se puede sustituir por 1 cucharada de semillas de lino o chía mezcladas 2 cucharadas de agua. Se dejan hidratar hasta formar un gel que se puede utilizar en reemplazo del huevo. Otra manera de reemplazarlo es utilizando la gelatina sin sabor, pues otorga consistencia y firmeza a las preparaciones. En productos de panadería, se puede pisar o mezclar la mitad de una banana para usar como un sustituto de huevo en productos horneados. También existen en otros países sustitutos de huevo en polvo, envasados, listos para su uso en diferentes preparaciones.
- Los que tienen intolerancia a la levadura de cerveza, la pueden reemplazar con levadura química o polvo de hornear (bicarbonato de sodio), o incluso mezclando un vaso de agua con gas a la masa que debería llevar levadura.
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