Cargando...
Según los expertos, bajo estas condiciones puede enriquecer a la pareja, pero esto no quiere decir que sea la solución a todos los problemas.
Algunos especialistas hablan más bien de relación entreabierta. La imagen sería la de una soga que rodea a dos personas y que genera un mundo externo y uno interno. En una relación abierta, se hace como si esta frontera no existiera. En una relación entreabierta, esta frontera tiene una puerta por la que uno o los dos pueden salir o un tercero puede entrar.
A pesar de ello, esta sociedad sigue percibiéndose como una unidad exclusiva. Es diferente a las parejas poliamorosas, que viven varias relaciones. Sea cual sea la opción que se elige, lo importante es que los dos miembros de la pareja estén completamente de acuerdo con este pacto. Si no, no es una relación abierta. Si uno de los dos solo participa del pacto para retener al otro, la relación se vuelve muy difícil.
Y es aquí donde comienza el verdadero trabajo. Todos los involucrados deben establecer una cultura de negociaciones y definir a qué o quién se van a abrir. ¿La apertura rige para uno o para los dos? ¿Se trata de otra pareja, o de un intercambio de parejas? ¿Lo prioritario es el contacto sexual? En las relaciones convencionales también hay reglas, la diferencia es que no se las suele explicitar.
En realidad, coinciden los expertos, las parejas monógamas también deberían revisar sus reglas cada tanto. El día a día debe ser negociado para que haya suficiente tiempo y lugar para el amor.
En algunas parejas la relación abierta puede convertirse en una necesidad si uno de los dos es por ejemplo bisexual o tiene una inclinación voyeurista.
Contra los posibles celos solo ayuda la transparencia. En una relación abierta se habla de los celos más abiertamente. Por otro lado, también se debe hablar sobre el riesgo de que uno de los dos pueda enamorarse de otro.
En realidad, el problema no es tener celos, sino cómo lidiar con ellos. Algunas parejas prefieren, por ejemplo, unirse a clubes swinger. De esta forma, ven con quién está su pareja y no se imaginan cosas.
A veces sirve tan solo hablar de la fantasía de una relación abierta, ya que eso mismo puede enriquecer a la pareja. Además, hablar sobre las necesidades de cada uno genera gran intimidad, por más que no se lleven a la práctica las fantasías. Si surge el tema, lo mejor es mostrarse curioso y abierto. Lo ideal es no reaccionar inmediatamente con miedo, sino también animarse a probar cosas nuevas en lo sexual.
Por otro lado, hay que saber que una vez que se abre la pareja, ya nada será igual. Esto no tiene por qué significar el fin del amor: si las condiciones ya no le sirven a uno de los dos, hay que renegociar el contrato. Por otra parte, una relación entreabierta puede salvar la pareja en algunos casos, sobre todo cuando hay problemas sexuales.
Si la pareja no se siente satisfecha, lo más probable es que busque tener un amorío a espaldas del otro, algo que puede suceder bastante rápidamente en tiempos digitales. Y entonces la pareja enfrenta un problema aún mayor.