“La clave podría estar en los alimentos que ingerimos y que tienen propiedades antioxidantes, específicamente con polifenoles (sustancias químicas encontradas en plantas), que justamente tienen esa función”, aseveró la jefa de nutrición clínica del Hospital General de México.
La especialista señaló que la alimentación es una de las herramientas claves en la defensa contra algunos tipos de cáncer, pues si bien esta enfermedad en ocasiones tiene origen genético, en muchos casos se debe a factores externos.
“Científicamente se ha demostrado que los alimentos con alto contenido de polifenoles poseen efectos biológicos antioxidantes y antiinflamatorios, lo cual lleva a una menor neurodegeneración, antienvejecimiento y anticarcinogénesis entre otros efectos”, puntualizó.
Explicó que es por ello que una dieta deficiente en polifenoles está relacionada con un aumento de riesgo de cáncer, particularmente de mama, “aunque puede extenderse a cáncer de páncreas, ovario, piel, próstata, intestino y esófago”.
Es por ello que recomendó agregar a la dieta alimentos que contengan polifenoles, pues además mejoran la salud cardiovascular. “Hay que tener en cuenta que los polifenoles están divididos en grupos de familias y existen más de diez clases diferentes, además de que cada una de ellas tienen subclases con cientos de derivados”, dijo.
Explicó que el té verde y negro, la curcumina, la granada y el brócoli están entre los principales alimentos que contienen alta cantidad de polifenoles. “El té verde, por ejemplo, inhibe la proliferación de las células del cáncer de mama y próstata, mientras que la curcumina hace lento el crecimiento de la células cancerosas de la próstata, lo mismo que la granada”, aseveró.
En el caso del brócoli, dijo, al ser rico en isotiocianato y sulforafano, inhibe el crecimiento y promueve la apoptosis de las células cancerosas. “Su ingesta regular regula los genes ligados al crecimiento del cáncer y regula positivamente los genes relacionados con la supresión de la enfermedad, particularmente en el 50% de la población que portan un gen mutado de glutatión S-transferasa”, dijo.
Debido a que no es posible saber en general qué cantidad de polifenoles se debe consumir para prevenir y tratar estas enfermedades, la experta dijo que es necesario acercarse a especialistas con la finalidad de que emita las recomendaciones de ingesta diaria de estos productos.
Del mismo modo, Fuchs señaló que se debe tener cuidado con la forma de ingerir y preparar los alimentos que contienen polifenoles, pues sus propiedades pueden disminuir por factores como la exposición a la luz, el grado de conservación y la preparación de alimentos. “Por ejemplo, cuando se tiene la costumbre de pelar alimentos, muchas veces la cáscara es la que tiene el mayor contenido de polifenoles y la gente no la come”, aseveró.
En cuanto a la cocción de alimentos, dijo que puede disminuir hasta 75% el contenido de polifenoles “pues muchos de ellos son hidrosolubles y se quedan en el agua”, detalló.
Finalmente, dijo que los polifenoles se pueden obtener también de suplementos alimenticios, los cuales son seguros siempre y cuando sean prescritos por un especialista. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo; y tan solo en 2015, ocasionó 8,8 millones de defunciones.
Alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se debe a los cinco principales factores de riesgo conductuales y dietéticos: índice de masa corporal elevado, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol.