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La base funciona como una delgada película que se mantiene sobre la piel y no es absorbida, por eso ayuda a que el color perdure y, además, a que no se formen arruguitas sobre los labios cuando colocamos el color.
"Yo distribuyo la base comenzando desde el ángulo interno del labio hacia el centro", recomienda el cosmetólogo Peter Schmidinger. "Luego dibujo los contornos de los labios con pinceladas suaves, sucesivas". El lápiz labial se coloca al final.