La expansión del trabajo con computadora y el uso constante del smartphone han puesto bajo presión a una zona pequeña pero crucial de la mano: la base del pulgar. Cada gesto de “scroll”, cada clic de mouse o cada agarre sostenido puede, con el tiempo, inflamar los tendones que permiten mover el pulgar.
El resultado tiene nombre y apellido: tenosinovitis de De Quervain, una lesión por sobreuso cada vez más consultada en consultorios de traumatología y fisioterapia.
Lea más: ¿Por qué me duele la rodilla cuando va a llover?
Qué es y por qué aparece
La tenosinovitis de De Quervain es la inflamación de la vaina que recubre dos tendones que pasan por el primer compartimento dorsal de la muñeca: el abductor largo del pulgar y el extensor corto del pulgar. Cuando esa vaina se irrita, el tendón “roza” al deslizarse, generando dolor y limitación funcional.

Aunque fue descrita a fines del siglo XIX en trabajadores manuales, hoy se asocia con actividades repetitivas que comprometen la pinza pulgar-índice y los movimientos de desviación radial de la muñeca: sostener el teléfono con una sola mano y desplazarse por la pantalla, enviar mensajes con el pulgar, hacer clic y “drag” con el mouse, sujetar biberones, cargar a un bebé, tocar instrumentos o practicar deportes de raqueta.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
El patrón común es la repetición sin descanso con agarres sostenidos y posturas de muñeca en ángulos forzados.
Cómo se manifiesta
El síntoma característico es dolor en el lado radial de la muñeca (el “lado del pulgar”), que puede irradiarse hacia el antebrazo o la base del pulgar.

Suele empeorar al levantar objetos, girar tapas, hacer pinza o al realizar el gesto de desplazamiento en el teléfono. Algunas personas refieren chasquidos o sensación de “enganche” al mover el pulgar y pérdida de fuerza de prensión.
Un signo clínico habitual es la maniobra de Finkelstein: cerrar la mano con el pulgar dentro de los dedos y desviar la muñeca hacia el meñique provoca dolor agudo en la zona afectada. El diagnóstico es clínico y, en general, no requiere estudios de imagen salvo para descartar otras causas.
No es solo “dolor por el celular”: factores y mitos
- No afecta solo a quienes usan mucho el teléfono. También aparece en cuidadores, nuevas madres y padres, profesionales de la salud, trabajadores de logística, artesanos, deportistas y músicos.
 - No es exactamente una “tendinitis”. El proceso inflamatorio compromete la vaina que rodea al tendón (tenosinovitis), además del propio tendón.
 - No siempre es bilateral. Es más frecuente en la mano dominante, pero puede aparecer en ambas.
 
Lea más: Síndrome de la vibración fantasma: ¿un fenómeno de la era digital?
Qué hacer si duele

La mayoría de los casos mejora con medidas conservadoras y cambios de hábitos:
- Reposo relativo y modificación de actividades: reducir gestos repetitivos y evitar agarres forzados con el pulgar.
 - Férula o inmovilizador de pulgar-muñeca: limita los movimientos dolorosos y facilita la recuperación en fases agudas.
 - Hielo local y antiinflamatorios no esteroideos, si son adecuados para la persona y bajo indicación profesional.
 - Fisioterapia: ejercicios graduales de movilidad, deslizamientos tendinosos, fortalecimiento y técnicas para disminuir la irritación de la vaina.
 - Infiltración con corticoides: en casos persistentes, una o dos inyecciones dirigidas a la vaina pueden aliviar la inflamación. Cuando los síntomas no responden al manejo conservador, la cirugía ambulatoria para liberar el compartimento tendinoso es una opción con altas tasas de éxito.
 
Consultar a un profesional de salud es clave si el dolor interfiere con las actividades diarias, si hay hinchazón marcada, pérdida notable de fuerza o si los síntomas no mejoran tras varias semanas de medidas conservadoras.
Hormigueo nocturno, entumecimiento en toda la mano o dolor que cruza la muñeca hacia los dedos pueden sugerir otros cuadros, como el síndrome del túnel carpiano, que requieren un enfoque distinto.
Cómo prevenirla en la era del click y el scroll

- Alternar manos y técnicas: evita escribir solo con el pulgar; usa ambas manos para sostener el teléfono y el índice para tocar la pantalla.
 - Pausas activas: microdescansos de 30 a 60 segundos cada 20 a 30 minutos de uso repetitivo; estirar suavemente pulgar y muñeca sin forzar.
 - Ergonomía digital: mouse de diseño vertical o de mayor tamaño para reducir la pinza, apoyabrazos regulado y muñeca en posición neutra; ajusta la sensibilidad del mouse para minimizar movimientos amplios.
 - Configuración del teléfono: activar dictado por voz, teclados grandes y gestos que requieran menos presión; usar soportes para leer o ver videos sin sostener el dispositivo.
 - Fortalecimiento progresivo: ejercicios de antebrazo y hombro mejoran la carga que recibe la muñeca; el trabajo proximal estable reduce el estrés distal.
 
Un problema silencioso con impacto cotidiano
La tenosinovitis de De Quervain rara vez es noticia, pero su impacto es claro: tareas simples como abrir una puerta, levantar una taza o escribir mensajes pueden volverse dolorosas.

La buena noticia es que, identificada a tiempo y con ajustes razonables en la forma en que usamos tecnología y herramientas, suele resolverse sin secuelas.
El pulgar es el gran protagonista de la interacción digital moderna. Cuidarlo —con pausas, postura y variedad de movimientos— no es solo una recomendación ergonómica: es la diferencia entre navegar sin dolor y convertir cada clic en un recordatorio de que también el cuerpo necesita límites.
