La Organización Mundial de la Salud estima que decenas de millones de personas viven con demencia en el mundo, y que el Alzheimer concentra entre 60% y 70% de los casos. “La demencia no es parte inevitable del envejecimiento”, sostiene la OMS.
Identificar cambios tempranos permite planificar cuidados, acceder a tratamientos sintomáticos y participar en ensayos clínicos.
Lea más: Inteligencia emocional: qué es, cómo se entrena y por qué su impacto supera al IQ
La Comisión Lancet sobre Prevención, Intervención y Cuidado de la Demencia calcula que una fracción significativa del riesgo es potencialmente prevenible al abordar factores como hipertensión, pérdida auditiva, tabaquismo, inactividad física y aislamiento social.
Señales cognitivas sutiles
- Memoria episódica: olvidar conversaciones o eventos recientes y repetir preguntas; depender cada vez más de notas o recordatorios.
- Lenguaje: dificultad para encontrar palabras comunes o sustituirlas por términos vagos (“esa cosa”), con pausas más frecuentes.
- Orientación y navegación: perderse en trayectos habituales o sentir desorientación en entornos nuevos.
- Funciones ejecutivas: problemas para planificar, organizar pagos, seguir recetas o resolver pasos secuenciales.
Lea más: Efectos del azúcar de la fruta en el organismo: lo que revela la ciencia
Cambios emocionales y conductuales
- Apatía: pérdida de iniciativa para actividades que antes motivaban; estudios observacionales la vinculan con un avance más rápido del deterioro.
- Ansiedad, irritabilidad o depresión de inicio tardío: la evidencia indica que estos síntomas pueden preceder a las fallas cognitivas medibles.
- Alteraciones del sueño: despertares frecuentes, somnolencia diurna y sueño fragmentado se asocian a mayor carga de amiloide y peor rendimiento cognitivo.
Señales en la vida diaria
- Manejo del dinero y medicación: errores crecientes, vencimientos o duplicación de dosis.
- Conducción: roces, frenadas bruscas, dificultad para juzgar distancias.
- Hogar: ollas olvidadas al fuego, llaves en lugares inusuales, electrodomésticos mal apagados.
Diferencias con el envejecimiento normal
- Envejecimiento esperable: olvidar nombres y recordarlos más tarde; distraerse ocasionalmente; perder objetos pero encontrarlos al repasar mentalmente.
- Señal de alerta: olvidar eventos completos, repetir relatos en el mismo día, perder objetos y no poder reconstruir dónde podrían estar, o mostrar desorientación temporal (“¿qué día es?”) de forma persistente.
Lea más: ¿Por qué no recordás tu infancia? La ciencia detrás de la amnesia infantil
Qué hacer si notás estas señales
- Consultá a un profesional de salud para una evaluación clínica integral. Llevá ejemplos concretos y anotaciones de cuándo comenzaron los cambios.
- Pedí un chequeo de factores que pueden empeorar la cognición (hipotiroidismo, déficit de B12, depresión, trastornos del sueño, efectos de fármacos).
- Solicitá pruebas cognitivas formales y, si corresponde, derivación a neurología. El deterioro cognitivo leve presenta tasas de progresión a demencia del orden de 10–15% anual en ámbitos especializados, por lo que el seguimiento es clave.
- Considerá intervenciones basadas en evidencia: actividad física regular, control de presión arterial, audición tratada (uso de audífonos si los necesitás), dejar de fumar, dieta equilibrada, estimulación cognitiva y participación social. La OMS respalda estos enfoques como parte de un abordaje de reducción de riesgo.
Datos y contexto para dimensionar
- A nivel global, la cantidad de personas con demencia es alta y crecerá marcadamente en las próximas décadas por el envejecimiento poblacional; el Alzheimer representa la mayoría de los casos, según la OMS y Alzheimer’s Disease International.
- El “declive cognitivo subjetivo” —cuando una persona siente que rinde peor pese a tests normales— se asocia con mayor riesgo de progresión, reporta la literatura especializada.
- El diagnóstico temprano no solo mejora la calidad de vida; también reduce la carga sobre familias y sistemas de salud, según análisis económicos publicados en revistas revisadas por pares.
Señales que requieren consulta inmediata
- Desorientación en lugares conocidos.
- Cambios bruscos de juicio o conductas de riesgo.
- Sospecha de alucinaciones o delirios.
- Dificultad notable para comunicarse o entender indicaciones simples.