Terapias complementarias ganan terreno
El dolor lumbar crónico afecta a cerca del 20% de la población adulta global, limitando la calidad de vida y la movilidad, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Frente a tratamientos convencionales con resultados variables, muchas personas exploran terapias alternativas y complementarias como el qigong y el tai chi, disciplinas de origen chino que combinan movimientos suaves, respiración y concentración mental.
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Qué dicen los estudios
Investigaciones recientes respaldan el uso de estas prácticas. Por ejemplo, un meta-análisis publicado en Pain Medicine reveló que el tai chi puede reducir la intensidad del dolor y mejorar la funcionalidad en pacientes con dolor lumbar crónico, con beneficios comparables a los de programas de ejercicios convencionales.

Entre los 187 participantes evaluados, quienes practicaron tai chi reportaron una disminución significativa de los síntomas en 8 a 12 semanas.
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El qigong, por su parte, también muestra resultados promisorios. Un estudio aleatorizado realizado en adultos mayores, divulgado en Clinical Rehabilitation, registró que tras tres meses de práctica regular hubo mejoras notables en la percepción del dolor y la capacidad de movimiento, sin efectos adversos asociados.
Cómo funcionan estas prácticas
Tanto el tai chi como el qigong se centran en movimientos lentos y controlados, alineación corporal y técnicas de respiración profunda.

Estas acciones parecen influir positivamente en los circuitos neuromusculares y en el manejo central del dolor, además de ayudar a reducir el estrés y la ansiedad vinculados a dolores crónicos.
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Profesionales de salud consultados coinciden en que el bajo impacto físico y la adaptabilidad de ambas disciplinas las vuelven accesibles para personas de diversas edades y condiciones físicas.
Organizaciones internacionales de reumatología también las incluyen entre las recomendaciones no farmacológicas para el tratamiento del dolor lumbar persistente.
Consideraciones y recomendaciones
Aunque los estudios muestran efectos positivos, especialistas subrayan la importancia de realizar estas prácticas guiadas por instructores idóneos, sobre todo en quienes tienen movilidad reducida o lesiones previas.
Además, señalan que el qigong y el tai chi no reemplazan terapias médicas necesarias, sino que funcionan como complemento seguro y potencialmente beneficioso dentro de un abordaje multidisciplinario del dolor lumbar crónico.