Ocho hábitos diarios que te protegen de virus respiratorios (aunque no lo sepas)

La salud respiratoria depende tanto de lo que hacés como de lo que evitás. Algunos gestos cotidianos —que ya forman parte de tu rutina— refuerzan tus defensas sin que lo notes. Estas son las prácticas que te ayudan a mantenerte a salvo.

Mujer resfriada.
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Hábitos simples que te protegen de virus respiratorios

1. Lavado de manos frecuente. Es la primera línea de defensa. Lavate las manos con agua y jabón al menos durante 20 segundos, sobre todo después de estar en lugares públicos, antes de comer o tras sonarte la nariz. Es simple, pero clave.

2. Ventilar los ambientes. Abrir ventanas unos minutos cada día reduce la carga viral en el aire. Favorecer la circulación ayuda a eliminar partículas en suspensión, especialmente en espacios con poca renovación de aire.

3. Usar barbijo en lugares cerrados o llenos de gente. En transporte público, salas de espera o durante brotes estacionales, el uso de mascarilla sigue siendo útil. Protege tanto al que la lleva como a quienes lo rodean.

4. Desinfectar superficies de uso frecuente. Teléfonos, picaportes, teclados y llaves pueden acumular patógenos. Un repaso diario con desinfectante puede reducir la posibilidad de contagios por contacto indirecto.

5. Dormir bien, moverse y comer mejor. Una rutina saludable fortalece el sistema inmune. Dormir al menos siete horas, moverte todos los días y sumar frutas, verduras y proteínas limpias es una defensa natural poderosa.

Los sueños lúcidos no solo ofrecen un fascinante ámbito de exploración en el sueño consciente, sino que también poseen un significativo potencial terapéutico.
Dormir bien fortalece el sistema inmune.

6. Mantener una buena hidratación. El agua ayuda a mantener las mucosas respiratorias en buen estado. Estar bien hidratado evita que el tracto respiratorio se reseque, lo que dificulta la entrada de virus.

7. Evitar el tabaco y el humo ajeno. Fumar daña directamente el aparato respiratorio y baja la capacidad del cuerpo para defenderse de infecciones. Evitarlo —o reducirlo— mejora tu salud pulmonar de forma rápida.

8. Bajar el estrés. El estrés constante debilita el sistema inmune. Incorporar pausas, respirar profundo, dormir bien o hacer actividades que disfrutás ayuda a tu cuerpo a responder mejor ante cualquier virus.

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