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El Día del Pene en Japón, o Kanamara Matsuri, es una festividad que captura la atención tanto de locales como de visitantes por igual debido a su enfoque en la veneración del órgano masculino, tiene raíces históricas profundas y un simbolismo cultural que va más allá de lo que su nombre podría sugerir inicialmente.
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El Festival de Kanamara Matsuri se celebra cada año en abril en la ciudad de Kawasaki, no muy lejos de Tokio. Los orígenes de esta tradición se remontan a la era Edo de Japón (1603-1868), cuando Kawasaki era un punto de parada para los viajeros que se dirigían hacia Tokio.
Según las leyendas, habían prostitutas que rezaban en el templo Shinto Kanayama por protección contra enfermedades de transmisión sexual. Con el tiempo, estas oraciones evolucionaron hacia una celebración más amplia de la fertilidad, la concepción y la protección de todo tipo de males.
La leyenda también narra la historia de un demonio dentado que se escondía en la vagina de una joven mujer y castraba a sus esposos en su noche de bodas. La mujer buscó ayuda en un herrero quien creó un falo de metal para romper los dientes del demonio, salvando así a futuros esposos.
Este acto de creación de un falo de metal es una historia de origen para el festival y para los objetos en forma de pene que son centrales en las celebraciones de hoy.
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Simbolismo y celebración del Día del Pene
Aunque el evento es eminentemente festivo y lleno de humor, con desfiles donde se transportan altares fálicos gigantes y se venden golosinas y recuerdos en formas relacionadas, el significado del festival es profundo. Es una celebración de la vida, la fertilidad, la prosperidad y la protección contra el infortunio. Asimismo, se ha convertido en un evento que fomenta la conciencia y educación acerca de la salud sexual y el VIH.
En años recientes, el Festival de Kanamara Matsuri ha adquirido una nueva dimensión como un evento que promueve la inclusividad y el respeto hacia la diversidad sexual. Muchos en la comunidad LGBTQ+ participan activamente en el festival, viéndolo como un espacio seguro donde la expresión de la identidad y el amor es celebrado abiertamente.
Mientras que el Día del Pene sigue siendo una celebración profundamente japonesa, su singularidad y la creciente cobertura mediática internacional han atraído a turistas de todas partes del mundo. Esto no solo ha sido beneficioso desde el punto de vista económico para la ciudad de Kawasaki y sus comerciantes locales, sino que también ha servido como un puente cultural, introduciendo a los visitantes internacionales a las complejidades y la riqueza de las tradiciones japonesas.
El Festival de Kanamara Matsuri es un ejemplo fascinante de cómo una tradición puede evolucionar con el tiempo para adquirir nuevos significados y relevancia, trascendiendo su origen y convirtiéndose en un fenómeno global.
Al celebrar abiertamente temas que en muchas culturas son tabú, Japón demuestra una vez más su capacidad para equilibrar respeto por el pasado con una mirada inclusiva hacia el futuro. Este día ofrece una ventana única a la historia, cultura y sociedad japonesa, todo a través de la lente de una festividad que celebra la vida en sus muchas formas.