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Sonreímos o hacemos reír cuando decimos “este año sí que voy a bajar de peso”. Suena como un chiste, una promesa vaga o un cliché. “Hay muchas razones por las cuales solo una minoría logra alcanzar el objetivo. La lucha contra el sobrepeso y la obesidad va más allá de una simple promesa de Año Nuevo, requiere un compromiso constante y cambios en el estilo de vida”, apunta la nutricionista Carolina Sosky.
-Menciónenos algunas
Una de las razones es la falta de motivación y perseverancia. Algunas personas se entusiasman al principio, pero luego pierden el interés o se desaniman cuando los resultados no son inmediatos. Bajar de peso lleva tiempo y esfuerzo, requiere cambios en la alimentación y la actividad física a largo plazo.
Además, existen numerosos factores que contribuyen al sobrepeso y la obesidad, como la genética, el entorno, los hábitos alimentarios poco saludables, el sedentarismo. Estos factores no se pueden cambiar de la noche a la mañana, por lo que es importante tener un enfoque realista y comprensivo al establecer metas de pérdida de peso.
Otra razón común es la falta de conocimiento sobre nutrición y la falta de apoyo. Muchas personas intentan perder peso sin tener una comprensión adecuada de qué alimentos son saludables y cómo equilibrar su ingesta calórica. Además, puede ser difícil mantenerse motivado si no se cuenta con el apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud.
Es importante recordar que cada persona es diferente. Cada cuerpo es único y responde de manera diferente a los cambios en la alimentación y la actividad física. Por eso es fundamental buscar un enfoque personalizado y adaptado a las necesidades individuales.
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-A quien no baja de peso se lo acusa de “no tener voluntad”. Sin embargo, una razón poderosa, por ejemplo, un casamiento, hace el milagro.
Bajar de peso es un tema complejo. La voluntad es fundamental, ya que es necesario tener la motivación y el compromiso para llevar a cabo los cambios necesarios en nuestro estilo de vida. Sin embargo, la voluntad por sí sola no es suficiente.
El método –que funcione mejor para cada uno- también juega un papel importante. Es fundamental contar con una estrategia efectiva y saludable, como seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicios regularmente.
La genética también puede influir en la capacidad de adelgazar. Algunas personas tienen el metabolismo más lento o una predisposición genética a acumular grasa, sin embargo, esto no significa que sea imposible perder peso; simplemente puede requerir un esfuerzo adicional y adaptar el enfoque.
Tipos de gordura
“El cuerpo humano presenta diferentes tipos de grasa que se puede clasificar en dos categorías principales, la grasa subcutánea y la grasa visceral. La primera es la que se encuentra justo debajo de la piel. Es la que se puede apreciar pellizcando la piel y varía en cantidad de una persona a otra.
Esta grasa tiene funciones importantes como aislar y proteger el cuerpo, además de almacenar energía. Sin embargo, un exceso de grasa subcutánea puede contribuir al exceso de peso y a problemas de salud.
La grasa visceral se encuentra en el interior del abdomen, envolviendo los órganos como el hígado, los riñones y los intestinos. A diferencia de la grasa subcutánea, la grasa visceral no se puede ver ni sentir.
Esta grasa es metabólicamente activa y produce hormonas y sustancias químicas que pueden aumentar el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer”, explica la nutricionista.
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Maternidad y menopausia
-Después de los 50, ¿la menopausia es la causa de la dificultad de adelgazar?
La edad y la menopausia no son determinantes para hacer algo más difícil o imposible. Aunque la menopausia puede traer algunos cambios físicos y hormonales, no debe limitar a una persona a la hora de llevar a cabo cualquier actividad o lograr metas. A toda edad tengamos mentalidad positiva.
-Después de haber dado a luz también se cae en cierta angustia por los kilos subidos.
Es cierto que el cuerpo cambia después de dar a luz. El abdomen se estira para dar cabida al bebé, los senos crecen y, en general, la figura se transforma. Y, aunque es algo completamente natural y hermoso, también es normal que las mujeres deseen volver a sentirse cómodas en su propia piel.
Pero aquí está la clave: no deben obsesionarse con bajar de peso a cualquier costo. El cuerpo acaba de pasar por un proceso increíble y es importante darle tiempo para recuperarse. No hay regla que diga que se debe volver a tener el mismo cuerpo de antes de ser madres en un tiempo determinado.
No se trata de hacer dietas extremas o matarnos en el gimnasio, sino de encontrar un equilibrio que funcione. Comer alimentos nutritivos, hacer ejercicio de forma regular y, sobre todo, aprender a amar y aceptar a nuestro cuerpo tal como es.
-¿Qué trastornos provoca la gordura además de la ansiedad?
Existen varios trastornos que puede provocar aumento de peso e incluso obesidad, algunos son:
Trastornos alimentarios: la bulimia y el trastorno por atracón son dos ejemplos de trastornos alimentarios que pueden llevar al aumento de peso.
Depresión: puede conducir a un aumento de peso debido a los cambios en el apetito y en los patrones de sueño. Muchas personas que experimentan depresión pueden recurrir a la comida como una forma de consuelo emocional, lo que puede llevar a un aumento de la ingesta calórica.
Trastornos hormonales: algunos como el hipotiroidismo y el síndrome de ovario poliquístico (SOP) pueden contribuir al aumento de peso y obesidad. Estos trastornos afectan el equilibrio hormonal del cuerpo, lo que puede desacelerar el metabolismo y causar un aumento en la acumulación de grasa.
Medicamentos: Algunos utilizados para tratar condiciones como la depresión, diabetes, epilepsia y otros trastornos pueden tener efectos secundarios que incluyen el aumento de peso. Estos medicamentos pueden afectar el metabolismo, el apetito o la forma en que el cuerpo almacena la grasa.
Quiero destacar que la obesidad es una condición multifactorial, es decir que puede ser el resultado de una combinación de factores, incluyendo la genética, el estilo de vida, la dieta y otros trastornos de salud. Siempre es recomendable buscar el consejo de un profesional de la salud tanto para el diagnóstico como para el tratamiento adecuado.
Hombres y mujeres en consultorio
“Es importante tener en cuenta que la distribución de grasa en el cuerpo varía entre hombres y mujeres. Los hombres tienden a acumular más grasa visceral, mientras que las mujeres tienden a tener más grasa subcutánea”, dice la nutricionista.
-Es seguro que recibe más mujeres que varones en sus consultas.
En la sociedad en la que vivimos la presión es mayor para las mujeres, por ende, son las que consultan más para mejorar su estética y por consiguiente su salud. En general muchas mujeres se encuentran insatisfechas con diferentes partes de su cuerpo, como abdomen, caderas, muslos, brazos.
Cabe destacar que no perdemos grasa localizada, sino que la pérdida de grasa se da de manera general en todo el cuerpo.
En el caso de los hombres, la gran mayoría se incomoda por la zona abdominal. Buscan ayuda para mejorar su apariencia general, para mejorar la capacidad de realizar actividad física.
-Hay chicas jóvenes que eligen la lipo, pudiendo hacer dieta y ejercicios.
La decisión de someterse a una liposucción es personal. Algunas personas pueden optar por este procedimiento para eliminar depósitos de grasa localizada que creen que no puede ser eliminada mediante dieta y ejercicios.
Aunque la liposucción puede ser efectiva para lograr una apariencia más esbelta, recordemos que no es una solución a largo plazo. Una dieta equilibrada y ejercicio regular son la base para mantener una buena salud y controlar el peso.
-¿Es consciente la gente de los motivos por los cuales no baja de peso?
Lo asocian a muchos factores. Muchos asumen que realizan una dieta poco saludable, otros lo asocian al sedentarismo, algunos hablan de factores genéticos, así también como el acceso limitado a alimentos saludables, la falta de tiempo para cocinar en casa o el estrés, la depresión, la ansiedad.
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Cuatro consejos esenciales
1) Planificar cómo queremos alcanzar nuestra meta, buscar ayuda y las herramientas necesarias. Tener presente la moderación, no se trata de eliminar por completo ciertos alimentos sino de encontrar un equilibrio adecuado, disfrutar de las comidas favoritas ocasionalmente, pero asegurarse de que tus elecciones sean saludables.
2) Aprender a escuchar las señales de tu cuerpo: comer cuando tenemos hambre y dejar de comer cuando estemos satisfechos.
3) La alimentación saludable deber ir de la mano con la actividad física. Encontrar una actividad que sea del agrado y se pueda disfrutar regularmente.
4) No desanimarse si hay momentos de recaídas, cada persona es diferente y cada quien irá encontrando un mejor enfoque, lo importante es seguir adelante y hacer pequeños cambios progresivos.
-¿Siempre es necesario consultar con un profesional o leyendo, escuchando conferencias y testimonios podemos informarnos?
Bajar de peso es un proceso complejo que requiere de un enfoque personalizado. Si bien es cierto que podemos informarnos a través de la lectura y los medios de comunicación masiva y adquirir conocimientos sobre nutrición y actividad física, hay que tener en cuenta que lo que funciona para unos puede no funcionar para otros.
La información disponible en libros, artículos y sitios web puede ser útil para comprender conceptos básicos y adquirir conocimientos generales, pero no reemplaza la atención personalizada de un profesional, el mismo te puede ayudar a diseñar un plan de alimentación y ejercicio adecuado teniendo en cuenta preferencias, restricciones y objetivos.
-¿Qué les dice a las personas que han fracasado una y otra vez y están a punto de abandonarse?
Es comprensible que se sientan frustrados y desmotivados después de varios intentos fallidos, pero es crucial no permitir que esa frustración los paralice. Los animo a cambiar su enfoque y adoptar una personalidad de aprendizaje y perseverancia.
Es fundamental evaluar qué estrategias han utilizado en el pasado y por qué no han funcionado. Identificar los errores o las dificultades específicas les permitirá ajustar su enfoque y encontrar nuevas alternativas.
El cambio de hábitos lleva tiempo y esfuerzo. No se trata de una solución rápida, sino de un proceso gradual y constante. Establecer metas realistas alcanzables a corto plazo les permitirá celebrar los pequeños logros y mantenerse motivados a lo largo del camino.