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Para el cabello fino, que es especialmente sensible, lo más apropiado es configurar la temperatura en niveles bajos de alrededor de 180 grados. En el caso de cabello grueso o rizado, se puede seleccionar una temperatura más alta, de hasta 210 grados.
Para cuidar los cabellos al peinarlos con el rizador o la plancha, los expertos recomiendan además aplicar protección contra el calor y recurrir a aparatos con placas de cerámica, ya que estas distribuyen el calor de forma uniforme.
Quien al peinarse con estos aparatos utilice un guante contra el calor estará previniendo, además, posibles quemaduras en la piel.