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Hay mujeres que son extremadamente coquetas porque su madre lo fue, otras todo lo contrario, no tienen referentes familiares, pero desde la adolescencia se sintieron bien luciendo prendas sugestivas; otras adoptaron este look con los años, los cambios, y otras pueden vestir una túnica que igualmente proyectan sensualidad.
Hay tantos gustos y estilos como mujeres en el mundo “y todas debemos tener la libertad de vestir como sintamos y queramos, demostrar nuestra identidad, modo de ser, personalidad, pero teniendo en cuenta que somos parte de una sociedad, o sea que hay que considerar la etiqueta social, el buen gusto y el sentido común” –dice nuestra entrevistada, Raquel Sosa, experta en asesoría de moda.
-¿Cómo define el concepto de “buena presencia”?
Tener buena presencia abarca mucho más que solo buena vestimenta, peinado y maquillaje, y es algo que efectivamente cuenta muchísimo a la hora de conseguir un trabajo o ascenso laboral. La buena presencia implica buena actitud, asertividad, empatía, sociabilidad, inteligencia emocional.
Además, incluye la buena postura, la educación, el mirar a los ojos cuando se habla. Puede sonar a una perfección inalcanzable, no lo es, lo bueno es que siempre podemos trabajar en estos puntos.
Hoy tenemos demasiada facilidad, lo único que necesitamos es primero autoanalizarnos para reconocer nuestras debilidades y luego aceptar que debemos mejorar para brillar, para no ser una más del montón. Esta autoevaluación nos impulsará a decidirnos a aprender, a mejorar y va a abrir muchos otros niveles en nuestra vida
-¿Qué tipo de ropa es la más adecuada para ir a trabajar?
En primer lugar, tener en cuenta la empresa donde estamos trabajando, el enfoque de esa empresa.
Por Ej. una de publicidad y marketing, tiene un código de vestimenta más relajado porque las personas en sí tienen que dar una imagen cercana al cliente. En cambio, en una empresa corporativa, una financiera, un banco, rigen otros códigos de vestimenta: cortes más formales, colores neutros, cortes rectos.
-¿Qué es lo más importante para proyectar a través de la ropa en el trabajo?
Creo que la meta debería ser siempre proyectar una imagen profesional, de confianza, seguridad, eso perfectamente se puede lograr con la vestimenta, con la apariencia en sí.
Si voy a una empresa importante y encuentro a la gerente con la ropa arrugada o las uñas pintadas a la mitad, esos mensajes generan desconfianza. O una persona que te propone una empresa millonaria y vos ves que su imagen no refleja lo que dicen sus palabras, automáticamente te vas a cerrar.
Los humanos somos muy visuales, y tenemos que entender que nuestra imagen es muy poderosa, y podemos usarla a nuestro favor.
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-Un post en internet mostraba a una profesora de matemáticas que iba a dar clase a un colegio con vestidos cortos y ceñidos. Ella decía que lo que más le importaba era que sus alumnos se interesaran en el estudio y que la manera de vestir no tiene nada que ver. ¿Qué opina de este planteamiento?
Definitivamente no estoy de acuerdo. Tenemos que tener en cuenta siempre el lugar. Una mujer vestida sexy sí, pero en los lugares adecuados, en sus eventos sociales, salidas nocturnas.
Coincido que se deba ser fiel al propio estilo sensual (uno nace siendo así), por eso no me gusta anular a una persona diciéndole “tenés que vestirte de esta manera a partir de ahora”, pero lo que no me parece correcto es que vaya sexy a lugares públicos como escuelas u otras entidades porque eso crea malestar.
Hay muchas opiniones encontradas, pero para mí siempre va a primar el ser educadas, tener sentido común, respetar y mucho más cuando tratamos con niños o adolescentes.
-Una señora de más de 80 años, me decía: “Yo gastaba mucho en buena ropa, pero no por consumista. Era directora de un centro educativo, no podía vestirme así nomás, necesitaba inspirar respeto. Aún conservo mi ropa impecable en mi placar”. ¿Qué aprendemos de las mujeres mayores como ella?
Que el buen gusto, el tino y la ubicación no cambian nunca. Una persona bien vestida, pulcra, con una camisa blanca bien planchada, zapatos limpios y brillosos genera respeto, llama la atención, impresiona, “empodera”. El tiempo no cambia el estilo clásico.
-¿Qué look recomienda para las mujeres coquetas que comparten ambientes laborales con compañeros varones?
Las mujeres siempre deberían ser coquetas, dentro de los límites y no generar otras intenciones donde hay varones. La mujer de oficina puede usar un vestido Jackie por encima de la rodilla o debajo y verse muy sexy. Porque sexy no tiene que ver con mostrar mucho cuerpo, escote, minifalda; es algo muy lindo y delicado, hay que cuidarse de no parecer vulgar.
-Hay mujeres pulposas, se pongan lo que se pongan, igual se les nota mucho el cuerpo, las curvas.
El hecho de que tomemos conciencia de nuestra imagen, justamente nos va a ayudar muchísimo en nuestros aciertos. Cada quien tiene un cuerpo y un estilo, a veces solo falta buscar buen asesoramiento.
-Hoy fácilmente las jóvenes –y no tanto- cuestionan los consejos de una Carolina Herrera, sin embargo, su estricta línea sigue siendo pilar en el ambiente formal.
Es así. En el trabajo –de oficina- predominan los atuendos con colores neutros como negros, azules, gris, blancos, bordó, marrón, colores no llamativos.
Nada de transparencias, ni bordados. La medida de la falda, 2 dedos por encima o por debajo de la rodilla. Nada de pulseras que hagan ruido o aros y collares muy brillantes. Si a la mujer le gusta y es parte de su estilo que use, pero en sus eventos sociales.
El cabello bien cuidado es sumamente importante. Cortes rectos, peinados pulcros. Si es teñido que no se noten las raíces, ni las canas. Preferentemente recogido. Si es suelto, no tan largo, máximo hasta los hombros.
Una mujer que cuida su imagen, su higiene, su bolso, los detalles más pequeños, va a sumar muchísimo en su imagen profesional.
-Salgamos de la ofi, ¿qué consejos hay para las que trabajan independientes?
¡Cada vez hay más y eso me encanta! Estas mujeres deben tener una imagen relajada, pero eso no debe llevarlas a que se vean descuidadas.
Por más que usen prendas cómodas como un jean y remera, o camisas frescas y flojas, incluso zapatos bajos, deportivos o championes –que me parece genial-, siempre dar un toquecito de elegancia dentro de esa onda muy casual. Con un jean, championes y una remera básica de algodón ponerse una chaqueta, un blazer.
Obviamente cuidar el cabello, maquillaje básico (un protector solar, basecita de polvo) aros pequeños, un reloj realza la imagen y la hace más profesional. Eso da más confianza a la hora de atender a un cliente o de grabar un video.
La gente nota todos los detalles, la imagen suma o resta.
-Hay frases populares que desafían al decoro: “No importa cómo se vista una mujer, igual merece respeto”, “la mujer puede andar desnuda si quiere”, “si la mujer va al gimnasio, lógico que va a querer mostrar su cuerpo trabajado”, etc.
Comparto, todas merecemos respeto en todo lugar, pero también debemos tener conciencia de que el mundo ha cambiado, lastimosamente vivimos en sociedades mucho más violentas, con gente enferma, depravada, creo que hay mucha información morbosa, pornografía, etc. y saber vestirnos con inteligencia, ser cautelosas, no exponernos también nos protege.
-¿Qué es lo que más piden sus alumnas?
Lo que más me piden es cómo vestir en cada ocasión, porque no hay nada como ir donde todas están más arregladas que vos o menos arregladas. Las mujeres quieren aprender cómo vestirse según el evento, el horario, la edad, el trabajo que desempeñan. Les apasiona el tema.
Todas deberíamos tener una idea básica para sobresalir y estar siempre bien, sobre todo cómodas. Estar dentro de lo que debe ser, nos da mucha seguridad y aumenta nuestra autoestima.
Transformaciones totales
“En todos estos años que vengo trabajando con mujeres específicamente en cuanto a su imagen, hemos tenido resultados altamente positivos justamente en el área laboral. Trabajamos por Ej. en conseguir un ascenso. Comienzo por lo más importante: ser y luego parecer”
“Trabajamos sus miedos, sus inseguridades, su manera de expresarse verbalmente, mejoramos su postura, su forma de caminar, cómo caminar con tacos dando pasos firmes, con los hombros hacia atrás”
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“Primero vos tenés que creerte la película de que podés cambiar, que podés ganar más dinero, que te lo merecés por excelente profesional. Y una vez que tu cabeza hace este click, es mucho más fácil trabajar lo de afuera, porque solamente hacemos ajustes”
“Cuando una sabe lo que vale, lo que vale su trabajo, entonces todo empieza a cambiar y lo que viene después es espectacular. Hay muchísimas mujeres que andan por la vida trabajando por nada, mendigando atención teniendo potencial para ganar millones”
“Es un trabajo que definitivamente debe empezar por dentro. Esto es lo que me apasiona, trabajar con las emociones, inseguridades, y una vez que empezamos a hacerlo, empiezan a sanar y a creer en ellas mismas”,
“Tengo muchísimas historias de transformaciones totales. Mi mayor pago no tiene que ver con dinero, sino con una mujer agradecida que logró verse como ella es. Este cambio trae el ascenso laboral y mejores relaciones en todo sentido”, finaliza la profesional.