El evento religioso tiene como objetivo principal agradecer a Dios por el don de la movilidad y solicitar su amparo mediante la intercesión de San Francisco de Asís y San Pío de Pietrelcina.
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Este año, los organizadores esperan superar la cifra de años anteriores, que alcanzó entre 1.000 y 1.500 vehículos: automóviles, motocicletas, bicicletas, camionetas, ómnibus, camiones y cuatriciclos.
A cada participante se le entrega una calcomanía conmemorativa del evento y una estampilla con los 10 Mandamientos del Manejo Responsable, como recordatorio de su compromiso con una conducción prudente.
La bendición no tiene costo, pero los conductores pueden realizar aportes voluntarios, que serán destinados a sostener las obras pastorales y sociales que los capuchinos desarrollan en el país.
El padre Antonio Carlos Lehmkuhl, quien lidera la jornada, destacó la importancia de este evento para los católicos.
“Sabemos lo complicado que es conducir en nuestras calles. Por eso imploramos a Dios su bendición sobre todos los que vienen con sus vehículos, para que estén protegidos”.
El sacerdote explicó que la actividad se realiza anualmente desde hace una década en Ciudad del Este. Para atender la alta demanda, los capuchinos cuentan con el apoyo de religiosos provenientes de otras comunidades.
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La bendición se realizará de manera ininterrumpida hasta las 20:00 y está dirigida a todo tipo de vehículos.