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Rocío Duarte, abuela del niño, relató que anoche el menor presentaba secreción nasal, por lo que decidieron medicarle ibuprofeno, lo que le permitió dormir bien. Sin embargo, esta mañana el niño vomitó y su madre decidió llevarlo a Urgencias del Instituto de Previsión Social (IPS) de Hernandarias.
Allí, los médicos determinaron que su estado no requería atención inmediata y le dieron un turno para aguardar una consulta.
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En la consulta, el médico le pidió a la madre que continuara con el ibuprofeno, pero en vez de los 2,5 ml que el niño estaba tomando, le recomendó aumentar la dosis a 6,5 ml.
Con la prescripción en mano, madre e hijo regresaron a su casa en el barrio San Francisco, donde le administró el medicamento. Minutos después, el niño comenzó a vomitar y a sufrir convulsiones.
De inmediato, los familiares lo trasladaron al Hospital Distrital local, el centro médico más cercano a su vivienda, donde el paciente fue ingresado en el área de Urgencias. Allí, su estado de salud se agravó rápidamente, lo que obligó a los médicos a intubarlo, por lo que tuvieron que sedarlo varias veces, según relataron sus familiares.
Al necesitar atención en una Unidad de Terapia Intensiva, los médicos de guardia solicitaron a los familiares que buscaran la terapia, pero no había disponibilidad en los hospitales públicos del Alto Paraná. Tras tres horas de búsqueda, el niño sufrió un paro cardíaco y falleció.
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La denuncia por supuesta negligencia médica fue presentada en la Comisaría 24ª y tomó intervención el fiscal de turno, Víctor Adolfo Santander, quien ordenó la inspección del cuerpo por parte de la médica forense del Ministerio Público.
El representante público adelantó que, en caso de no poder establecer la causa de la muerte en Alto Paraná, el cuerpo será trasladado a Asunción para una autopsia.
Los médicos de guardia del Hospital Distrital local señalaron que la única persona autorizada para dar una versión es la directora Romina Acosta; sin embargo, la doctora no se encontraba en el hospital.