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El agente experto en explosivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) dijo que los conocimientos adquiridos en diversos entrenamientos le permitieron mantener la calma cuando se topó con un artefacto que creía que era el activador de la bomba.
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“Me tocó realizar varios procedimientos, algunos bastante extremos, pero este fue el primero que me impactó bastante, ya que llegué al lugar y encontré un artefacto que parecía ser el activador, el cual ya había atravesado. Recién al salir, descartamos esa posibilidad”, relató Garcete.
Para llevar a cabo esta misión, fueron designados Franco Garcete y el suboficial ayudante Antonio Burgos, ambos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de Alto Paraná, así como el suboficial segundo Ulises López de las Fuerzas de Operaciones Policiales Especiales (FOPE). El recorrido desde el inicio del ducto hasta la salida les llevó 2 horas y 40 minutos.
Garcete mencionó que además del peligro que representaban los explosivos, la falta de oxígeno y el trazado en zig-zag al inicio del túnel obstaculizaban el avance rápido durante la inspección. Además, el dispositivo GPS que intentaron utilizar no tenía señal.
“Uno tiene que tomar todas las precauciones, no podíamos permitirnos desesperarnos, además corríamos el riesgo de que el artefacto explosivo se activara. Estábamos en riesgo de la vida y también la gente que estaba en la superficie”, expresó.
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Los agentes tácticos encontraron a su paso dos rollos de detonadores, una dinamita en gel, una mecha lenta, dos fósforos eléctricos y dos dispositivos de radiofrecuencia, los cuales fueron entregados al Ministerio Público.