Cargando...
Carmen Carolina Ferreira Bogado soporta cargos por estafa, tras ser detenida con una suma de dinero que supuestamente obtuvo con la extorsión a un sacerdote de Alto Paraná.
Según la investigación dirigida por el fiscal Alberto Torres Flores, la mujer frecuentemente habría solicitado dinero al cura párroco, mediante mensajes de textos y llamadas telefónicas. Le amenazaba que publicaría en las redes sociales que tiene una hija de él, producto de una relación que supuestamente tuvieron. Le pedía entre G. 200.000 y G. 300.000.
Lea más: Extorsión al Gobierno: Defensa de camioneros exige acceder a carpeta fiscal
El religioso inicialmente accedió a la petición a fin de evitar escándalos y realizó en varias ocasiones giros. También entregó personalmente plata a la sindicada, pese a no tener ninguna relación con la misma, según refiere en la denuncia presentada ante el Ministerio Público.
Posteriormente, las extorsiones fueron reiteradas. Incluso, la dama acudía presuntamente en la secretaría de la parroquia donde cumple funciones el sacerdote, para advertirle que armaría escándalos en el lugar frente a la gente si no cumplía con su exigencia. A raíz de los supuestos chantajes y extorsiones, el afectado decidió comunicar la situación a sus superiores.
Prueba de ADN
Luego, con el acompañamiento del asesor jurídico de la Diócesis de Ciudad del Este, Wilson Benítez, el afectado contactó con la ahora imputada a fin de realizar una prueba de ADN para determinar si realmente tiene una hija con la dama.
Más info: Fiscalía reabre investigación por “sextorsión”
Con esa finalidad, acordaron acudir hasta una laboratorio de Foz de Yguazú (Brasil) el 30 de agosto pasado. Estando en el lugar, el encargado del local pidió a la mujer el documento de identidad de la menor de edad, pero la misma no tenía consigo.
No obstante, el responsable del laboratorio procedió a la extracción de sangre, pero manifestó que para que la muestra sea analizada necesitaban la documentación de la pequeña, de 7 años. La investigada se comprometió a arrimar dicho documento.
Sin embargo, jamás acercó la cédula de la niña y en consecuencia no realizó la prueba de ADN, pero las amenazas de publicar en las redes sociales y de armar escándalos en el local de la parroquia continuaban.
Tras averiguaciones oficiosas, el afectado descubrió que la infanta llevada a Foz es la sobrina de la sospechosa y no su hija. Incluso, el padre de la niña denunció a su hermana por sacar del país a su hija sin su autorización.
La última extorsión
Luego de descubrir la farsa y porque proseguían las supuestas extorsiones, el sacerdote presentó una denuncia formal y se planeó una entrega vigilada del dinero. El último pedido de la mujer fue de G. 5 millones.
En la víspera, la sospechosa fue arrestada en una plaza central de Hernandarias después de recibir G. 1.500.000 en billetes de G. 100.000 previamente fotocopiados con autorización de la jueza Fátima Burró.