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A finales del año pasado, los auditores fiscales de la Receita Federal iniciaron una huelga a la que denominaron “Operación Padrón”, que consiste en un minucioso control de los camiones de carga que ingresan al Puerto Seco de Foz de Yguazú, con el propósito de enlentecer las gestiones para la importación y exportación de productos.
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A raíz de esta situación se genera una excesiva demora para cruzar el Puente de la Amistad, tanto camiones como automóviles deben esperar horas en la fila para pasar de un país a otro. Además del caos en el tránsito, también se registran millonarias pérdidas.
Gremios de comerciantes y empresarios de Foz de Yguazú estiman que solo en el mes de enero el perjuicio económico fue de 36 millones de reales (unos G. 48.000 millones), esto considerando que los gastos a causa de la demora aumentaron en cuanto a pago por estadías, almacenamiento de mercaderías no programada, entre otros. En lo que respecta al flujo de camiones se redujo en un 22%, en comparación a enero del año pasado.
Hacia este lado de la frontera la situación afecta a la Aduana paraguaya, cuya recaudación disminuyó G. 3.000 millones. Según los datos proveídos por la administración portuaria, el ingreso diario oscilaba unos G. 7.000 millones y que ese monto se redujo unos G. 4.000 millones. La medida de fuerza afecta a unos 3.000 camioneros paraguayos y brasileños.
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Urgen solución
Ante este problema, representantes de varios sectores de Foz de Yguazú participaron de una reunión en Brasilia con la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa da Costa Dias, para exponer los impactos económicos de la huelga. La alta autoridad asumió el compromiso de buscar una solución al problema, gestionando directamente con el presidente brasileño Jair Bolsonaro.