La caravana se inició en la Parroquia Espíritu Santo, del Área 4, y culminó en la catedral San Blas, en el circuito céntrico de Ciudad del Este. Durante la procesión, con pasacalles, los fieles solicitaron al Gobierno la reconsideración del límite de asistencia a 20 personas por misa.
En un comunicado público dirigido al presidente Mario Abdo Benítez, los laicos celebraron las acciones adoptadas por las autoridades para contener la propagación del COVID-19, pero calificaron de "decisión arbitraria y sin fundamento" la medida de restringir la cantidad de fieles por misa.
Los católicos alegaron que la limitación de asistentes por misas debe ser establecida acorde a la dimensión de los templos y no de forma general.
Sandra Miranda, una de los manifestantes, abogó por la reconsideración de la decisión gubernamental y sostuvo que la asistencia proporcional en los templos será acompañada con el protocolo sanitario.
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Representantes de la Iglesia católica también se habían manifestado y rechazaron la reducción de 20 personas por misa.
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