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Que Wolverine, el indestructible mutante con esqueleto y garras de metal, poder de sanar de las heridas más graves en cuestión de segundos y sentidos agudos como los de un animal, es una de las principales estrellas del universo de Marvel Comics es indiscutible, y su salto a la pantalla grande en el año 2000 tuvo el doble efecto de introducir al personaje a un público más allá de los fans de los cómics o quienes hayan seguido las adaptaciones de los X-Men en la pantalla chica, y convertir al actor Hugh Jackman en una estrella.
Ahora, 13 años después, Jackman vuelve al personaje luego de haberlo interpretado ya en seis ocasiones, incluyendo una película centrada solo en Wolverine que falló rotundamente en su intento de dar más profundidad al personaje y su pasado, dando en vez de eso un superficial festival de peleas con efectos especiales mediocres y giros argumentales inexplicablemente tontos.
No me sorprendería que muchos de los que vayan a ver “Wolverine Inmortal” al cine lo hagan anticipando una decepción. Sin embargo, me alegra informar que esta aventura en solitario de Logan es un paso gigantesco en la dirección correcta; no solo es una buena película comparada con la terrible “X-Men Orígenes: Wolverine” (2009), sino que simplemente es una buena película en general.
El director James Mangold y sus guionistas claramente tenían muy claro el tipo de film que querían hacer, lo que querían decir sobre Wolverine, las emociones que querían transmitir al público, y confeccionaron su película cuidadosamente; la cantidad de acción es adecuada, las actuaciones en general son buenas, el guión está excelentemente calculado y es lo suficientemente complejo sin resultar mareante, hay la justa cantidad de diálogo expositorio para explicar las cosas sin que llegue a resultar molesto.
La película transcurre luego de los acontecimientos de “X-Men: La Batalla Final” (2006). Logan se separó de los X-Men y pasa sus días como un vagabundo, soñando con su amada Jean Grey (Famke Janssen). Sin embargo, es encontrado por Yukio (Rila Fukushima), una joven enviada por Yashida, un magnate japonés a quien Logan salvó la vida en la Segunda Guerra Mundial. Moribundo, Yashida le propone a Logan un trato: librarlo de su poder de sanar, para que pueda tener una vida y una muerte normales. Sin embargo, nada es lo que parece y pronto Logan se halla luchando por su vida, vulnerable por primera vez.
A diferencia de “Orígenes”, esta película respeta el intelecto de sus espectadores y no sobrecarga el guión de interminables diálogos con explicaciones; ciertamente hay momentos donde la historia se detiene para que le puedan explicar a Logan –y al público- ciertas cosas, pero esos momentos no son demasiados, ni muy largos, y los diálogos suenan como cosas que personas de verdad en un mundo ligeramente parecido al nuestro diría, a diferencia de aquella especie de dimensión desconocida en la que parecía trascurrir la precuela de Gavin Hood.
A esto ayuda mucho el hecho de que, aunque queda perfectamente establecido que la película transcurre en el mismo universo que el resto de la saga “X-Men”, el elenco de mutantes es más bien corto, la mayor parte del elenco está compuesto de humanos.
Esto no es un superficial intento de hacer la trama más “oscura” y “realista”, sino una decisión práctica bastante acertada que muestra que Mangold probablemente estudió los errores de “Orígenes”: si uno va a hacer una película centrada en explorar la psique de Wolverine, en darle profundidad y explicar por qué es como es, mantener el argumento y el elenco de personajes sencillo y corto es una decisión mucho más acertada que hacer desfilar mutante tras mutante entre diálogos de risa e incoherentes escenas de acción.
La película ciertamente tiene un tono más oscuro que las anteriores, y acompaña la acción con un poco de suspenso y bastante drama, pero todo eso se siente merecido, no gratuito. Además, acción no falta: Wolverine batalla contra mafiosos sobre un tren bala y tiene duelos –muy distintos- contra ninjas y enemigos vestidos como samuráis; no son las secuencias de acción más creativas ni espectaculares del año, pero son bastante emocionantes.
Y aunque el elenco de personajes secundario no es tan diverso como en ocasiones anteriores, sí presenta personajes interesantes como la ya mencionada Yukio, aunque la película deja con ganas de ver más de ella. Sin ser tan llamativo, el personaje de Mariko (la debutante Tao Okamoto), la nieta de Yashida a quien Logan acaba debiendo proteger, está lo suficientemente bien escrito y actuado para lograr que nos importe que esté en peligro.
Excluyendo al villano principal, del que no voy a hablar, el resto de los personajes son más bien unidimensionales, aunque no le restan nada a la historia; incluso Viper, un personaje que es más bien innecesario y sin el cual la historia no hubiera perdido nada, no llega a molestar gracias a que no le dan más tiempo en pantalla que el justo.
La película no está exenta de fallos, como ciertos personajes que se hubieran beneficiado de un poco más de tiempo en pantalla, y ciertos cabos argumentales que quedan sueltos; pero al final todas estas imperfecciones quedan pequeñas ante los aciertos del film.
Un talento como el de Hugh Jackman y un personaje tan emblemático como Wolverine se merecían una reivindicación como la que les da “Wolverine Inmortal”. El gran manejo del ritmo –cuándo meter humor, acción o drama; cuándo acelerar la trama y cuándo dejarla descansar- y el buen ojo para la acción que exhibe Mangold, sumados a buenos efectos especiales, una fotografía atractiva y una banda sonora imponente acaban sumando para hacer de “Wolverine Inmortal” una de las mejores películas de acción de los últimos meses, digna ubicarse junto con “Iron Man 3” y “Titanes del Pacífico” entre lo mejor del verano hollywoodense e invierno nuestro.
Y como se trata de una película basada en cómics de Marvel, les conviene quedarse tras los créditos para ver una escena que establece el futuro de la saga “X-Men” y que sin duda emocionará a los fans que vienen siguiendo a los mutantes desde su primera película.
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WOLVERINE INMORTAL (The Wolverine)
Dirigida por James Mangold
Escrita por Mark Bomback y Scott Frank
Producida por Hutch Parker y Laura Shuler Donner
Edición por Michael McCusker
Dirección de fotografía por Ross Emery
Banda sonora compuesta por Marco Beltrami
Elenco: Hugh Jackman, Tao Okamoto, Rila Fukushima, Haruhiko Yamanouchi, Hiroyuki Sanada, Brian Tee, Svetlana Khodchenkova, Will Yun Lee y Famke Janssen