La guerra dentro de la Guerra

Aunque parece tener problemas en decidirse por ser una comedia o un drama, “Operación Monumento” tiene éxito tanto cuando quiere hacer reír como cuando busca emotividad.

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Operación Monumento es un oportuno recordatorio de que una película no siempre es igual a la suma de sus partes, de que no hay una fórmula universal para algo tan subjetivo como la apreciación del arte.

Esta nueva película de George Clooney como director tiene serios problemas, obvios y distrayentes, que en un filme con gente menos talentosa a cargo serían fatales, pero que acaban no importando en demasía a final de cuentas.

Aunque con los nombres cambiados y sin duda algunos acontecimientos también, el filme cuenta la historia real de los llamados “Monuments Men”, una pequeña unidad especial de las fuerzas aliadas compuesta mayormente por arquitectos, escultores y curadores de museos, que fue enviada al frente europeo de la Segunda Guerra Mundial en sus últimos años, para intentar proteger los tesoros culturales de la destrucción a causa de los combates o el saqueo de las fuerzas nazis.

Saquemos del camino primero lo negativo. Los problemas del filme se pueden resumir en dos puntos concretos: una falta notable de un tono claro y consistente, y un manejo más bien torpe y apurado de las transiciones.

Clooney y su co-guionista Grant Heslov simplemente parecen no poder decidirse por un tono específico, empleando casi simultáneamente el tono ligero de una comedia al estilo de la saga La Gran Estafa que el propio Clooney protagonizó con el drama pesado propio de un filme bélico, a veces saltando de forma muy brusca entre un estilo y el otro hasta el punto que distrae; hacen mal lo que Argo supo hacer excelentemente hace un año, un acto de equilibrista que aquí no es ejecutado con elegancia.

Y el problema de las transiciones es acaso más notorio: el filme salta en el tiempo y el espacio de forma caótica, muchas veces sin ningún tipo de aviso, con personajes apareciendo en un punto de Europa en una escena -digamos, el norte de Francia- y luego en otro un par de escenas después, sin siquiera una toma de un mapa a lo Indiana Jones para suavizar el salto. Lo mismo pasa con el paso del tiempo, meses y años pasan como si nada, algo empeorado por el hecho de que los personajes casi no cambian su aspecto durante todo el filme.

Además, el filme se concentra totalmente en los “Monuments Men”, casi sin brindar al público contexto de lo que ocurre en el panorama general de la guerra. Eso podría ser un intento de plasmar cómo se ve el conflicto desde los ojos de los hombres hundidos en él -e incluso hay una escena hacia el final donde se utiliza de forma jocosa-, pero sin algo de información sobre el conflicto en general la película se siente incompleta.

Esos no son pequeños desperfectos, son graves imperfecciones. Y sin embargo, al final la película, funciona. Esto se debe principalmente al buen hacer de un elenco soberbio y brillantemente seleccionado.

Clooney lleva su habitual carisma de galán al líder de los “Monuments Men”, mientras que entre sus subordinados destacan el siempre efectivo John Goodman, un inocente y divertido Jean Dujardin y un trío de oro formado por unos Hugh Bonneville, Bob Balaban y -en especial- Bill Murray inspirados. Solo Cate Blanchett y Matt Damon desentonan un poco con una sub-trama que se hace algo aburrida al principio, pero que también va mejorando.

Y aunque como un todo el filme no se siente del todo coherente, es en el “momento a momento” donde se lo puede apreciar en su mejor luz. El filme es muy divertido cuando busca comedia, conmovedor y trágico cuando quiere drama, y una cátedra en tensión cinematográfica en momentos como el excelente clímax del filme, que de nuevo lleva a pensar en Argo con momentos que hacen apretar los bordes del asiento con angustia. El filme emociona y hace sonreír con cada victoria de los “Monuments Men”, y golpea duro con cada una de sus derrotas.

Todo esto está enmarcado en un excelente trabajo técnico que recrea de forma sobrecogedora la época y las circunstancias tan únicas de ese conflicto que convirtió tesoros arquitectónicos centenarios y hasta milenarios en pilas de escombros, y joyas artísticas en cenizas, cosas que el filme muestra en secuencias verdaderamente dolorosas de ver. El compositor Alexandre Desplat contribuye una encantadora banda sonora que va como anillo al dedo al filme.

Al final Operación Monumento como película no es muy distinta a sus protagonistas: tiene importantes fallas, bastante graves, pero al final cumple su misión y cuenta una historia fresca e interesante dentro de un tema que ya fue tan explotado por el cine que no se puede culpar a alguien por pensar incorrectamente que ya no quedan historias que contarse sobre él. No puedo dejar de recomendarlo.

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OPERACIÓN MONUMENTO (The Monuments Men)

Dirigida por George Clooney

Escrita por George Clooney y Grant Heslov (basada en un libro de Robert M. Edsel y Bret Witter)

Producida por George Clooney y Grant Heslov

Edición por Stephen Mirrione

Dirección de fotografía por Phedon Papamichael

Banda sonora compuesta por Alexandre Desplat

Elenco: George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Cate Blanchett, Bob Balaban, Hugh Bonneville, Jean Dujardin y Dimitri Leonidas

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