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Películas como esta, con argumentos cuyos giros cualquiera que haya visto una cantidad razonable de películas en su vida puede adivinar sin forzar demasiado el cerebro, viven o mueren en base a lo que está entre la introducción y la conclusión; lo importante no es el destino, sino el viaje, como dice cierta frase.
El director Rawson Marshall Thruber y los cuatro guionistas que escribieron “¿Quién *&$%! son los Miller?” parecen haber estado bien conscientes de eso, concentrándose en dar al público una cantidad sostenida de diálogos irónicos y momentos adecuadamente bizarros y dejando totalmente de lado cualquier intento de buscar originalidad o sorpresa con el argumento en general.
Y el resultado no es un fracaso. No pasará a la historia como una comedia particularmente memorable, y la mayor parte de los chistes probablemente se evaporarán de la mente de los espectadores a los pocos días de haber visto la película, pero mientras dura, consigue arrancar risas -si no carcajadas- a un ritmo constante, valiéndose principalmente de un elenco sólido.
El argumento: David (el comediante Jason Sudeikis) es un “dealer” de droga de poca monta a quien su proveedor encarga una peligrosa tarea: ir a México a recoger un cargamento de marihuana y cruzar con ella la frontera de vuelta a los Estados Unidos. Considerando que un hombre solo sería muy llamativo para las autoridades, David decide contratar a una “stripper” (Jennifer Aniston), una adolescente que huyó de su casa (Emma Roberts) y a su vecino de 18 años (Will Poulter) para que se hagan pasar por su familia, los “Miller”.
No se requiere precisamente un nivel enciclopédico de conocimientos de cine como los de Martin Scorsese o Quentin Tarantino para adivinar cómo irá evolucionando la relación entre estos personajes y cómo terminarán, y los realizadores no buscan sorprender. Sus metas son más modestas, lo que no deja de ser admirable: ellos sólo quieren hacer reír. Y como ya dije, mayormente lo logran. Hay suficientes chistes visuales, diálogos ocurrentes e incluso uno que otro giro menor inspirado, para tener al público riendo durante la mayor parte del tiempo de duración de la película.
Curiosamente, los momentos que mejor funcionan son las conversaciones entre los personajes; Thurber (quien antes dirigió la extremadamente ridícula y muy divertida “Dodgeball”, con Vince Vaughn y Ben Stiller) demuestra un muy buen sentido de tiempo en esos momentos, con un ritmo ágil que acentúa lo sorprendentemente brusco de ciertas frases; estén atentos a momentos fugaces como una declaración del personaje de Emma Roberts en un avión, o el intercambio de misiles entre David y la “stripper” Rose en su primera escena juntos.
Lo que me lleva al otro gran punto a favor de la película: un elenco de actores que se porta excelentemente. Sudeikis, quien hasta ahora ha sido más que nada un actor secundario o parte de un elenco grande (como en la genial “Quiero Matar a mi Jefe”, de 2011), demuestra que es más que capaz de ser el soporte principal de una película sin hartar con su rutina habitual de tipo poco confiable pero de buen corazón, mientras que Aniston muestra aptitud a la hora de interpretar a un personaje rudo y malhablado; es bueno que aparentemente la actriz haya decidido cambiar las comedias románticas por las comedias para adultos como su género de preferencia, ya que le quedan mucho mejor (para más pruebas, les remito de nuevo a “Quiero Matar a mi Jefe”).
Will Poulter (“Las Crónicas de Narnia: La Travesía del Viajero del Alba”) hace un buen trabajo como el virginal Kenny, mientras que Emma Roberts se lleva algunas de las mejores líneas de la película como la brusca y cínica Casey. Más inconsistentemente graciosos pero nunca irritantes son Nick Offerman (“Parks and Recreation”) y Kathryn Hahn (“El Dictador”) como un excéntrico matrimonio que ayuda a los Miller, y Ed Helms (“¿Qué Pasó Ayer?”) como el proveedor de David.
Sin embargo, mientras en los mencionados momentos menos vistosos Thurber demuestra gran dominio de los tiempos, en los momentos “grandes” del film -básicamente lo que se ve en el tráiler- ese no es el caso; sin entrar en demasiados detalles sobre las escenas en sí, son momentos en los que el chiste no es efectivo, se alarga demasiado o ambas cosas.
Además, principalmente hacia el final, el guión hace que ciertos personajes hagan cosas increíblemente tontas o que caen bastante fuera de sus personajes, lo que no deja de ser un factor de distracción, ya que parecen intentos extrañamente débiles de introducir drama y tensión.
Con todo, “¿Quién *&$%! son los Miller?” no deja de ser un par de horas divertidas en el cine. Muchos de sus chistes son auténticas oportunidades perdidas, pero principalmente impulsada por el buen hacer de sus actores, la película acaba dejando un buen sabor de boca.
¿Podía haber sido mejor? Mucho. ¿Vale la pena ir a verla igual? Yo creo que sí, siempre que no tenga usted problema con las grandes cantidades de lenguaje fuerte... o con las tarántulas.
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¿QUIEN *&$%! SON LOS MILLER? (We're the Millers)
Dirigida por Rawson Marshall Thurber
Escrita por Sean Anders, Steve Farber, Bob Fisher y John Morris
Producida por Chris Bender, Vincent Newman, Tucker Tooley y Happy Walters
Edición por Michael L. Sale
Dirección de fotografía por Barry Peterson
Banda sonora compuesta por Ludwig Göransson y Theodore Shapiro
Elenco: Jason Sudeikis, Jennifer Aniston, Will Poulter, Emma Roberts, Nick Offerman, Kathryn Hahn, Ed Helms, Molly Quinn, Tomer Sisley, Matthew Willig, Mark L. Young y Luis Guzmán