La suavidad de la violencia

Brad Pitt protagoniza “Mátalos Suavemente”, un duro y violento filme con una interesante forma de contar una historia algo repetida y hacerla sentir fresca.

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Luego de tantos años y tantas películas, los filmes sobre mafiosos se han vuelto un género por cuenta propia, y, de nuevo gracias a la abundancia de películas de ese tipo, ciertas convenciones comenzaron a hacerse cada vez más comunes. Así, uno puede adivinar que un filme de este tipo, si está contado desde el punto de vista de la policía –entiéndase, si el o los policías son los héroes-, la mayor parte de estas películas terminarán con los mafiosos derrotados o incluso muertos.

En cambio, si el filme se cuenta desde el punto de vista de los mafiosos, generalmente el protagonista de la película acabará aprendiendo trágicamente que el crimen no paga, acabando en prisión o pagando con su vida, o de alguna otra forma dañando su existencia o las de otros mediante sus acciones.

Pero de vez en cuando llega un filme como “Mátalos Suavemente”, que cuenta lo que básicamente es una historia estándar de mafiosos y criminales, pero dándole un giro novedoso, sutilmente distinto pero clave para que resulte fresco e incluso tenga al espectador preguntándose por el destino de tal o cual personaje. Hay muerte en el filme, sin duda, pero generalmente uno no adivina quién va a morir hasta que faltan apenas segundos para que ese alguien muera.

El filme se desarrolla en Boston, Estados Unidos, en la segunda mitad de 2008. Viendo una oportunidad de conseguir dinero fácil, un joven criminal de poca monta y su amigo deciden asaltar un juego de póquer clandestino entre mafiosos, confiando en todo el mundo creerá automáticamente que el culpable es el organizador del juego, quien había dado un “autogolpe” antes. El atraco pone en crisis a la economía mafiosa local, con los apostadores negándose a seguir jugando y arriesgándose a más asaltos, por lo que los jefes deciden contratar a Jackie Cogan (Brad Pitt), un temido sicario, para que devuelva el orden a las calles.

La elección del director Andrew Dominik de ambientar su filme en 2008 en vez de, por ejemplo, la década de 1970 –que es donde se ubica la novela “Cogan’s Trade”, en la que está basada la película-o en la actualidad, no es un simple capricho, sino que una inteligente forma de subrayar la historia y a la vez explicarla indirectamente para que quede perfectamente clara.

Y es 2008 fue una época especialmente turbulenta en los Estados Unidos. El país –y por asociación gran parte del resto del mundo- estaba en una severa crisis financiera, con gente y empresas entrando en bancarrota a diestra y siniestra, reduciendo el ingreso de la gente que no se atrevía a seguir invirtiendo, dañando la economía aún más al no hacer fluir el dinero, hasta el punto que el Estado se vio obligado a intervenir a la desesperada para restaurar la confianza.

Dominik –también guionista del filme- utiliza esa crisis financiera como elemento narrativo, aderezando los momentos de transición en que muestra vistas panorámicas de los ruinosos suburbios de Boston con extractos de audio de televisión o radio, con palabras del entonces presidente George Bush o del entonces senador Barack Obama y de muchos otros hablando de la crisis económica, convirtiendo el problema de la mafia en la película en una analogía directa del estado de la economía estadounidense en esos momentos. De paso, esto explica las motivaciones de la mafia para eliminar a tal o cual persona perfectamente, si uno presta la atención suficiente para unir los puntos, que tampoco necesita ser demasiada.

Así que Dominik el guionista hizo un excelente trabajo, pero Dominik el director no se queda atrás. Este es un realizador que maneja el suspenso de forma excelente, como demuestra de forma clara la tensa escena del atraco al juego, o escenas más discretas como simples conversaciones que suman para un total que sorprende aunque no debería; como dije anteriormente, el filme logra mantener al espectador en la incertidumbre respecto a qué le ocurrirá a tal o cual personaje, aunque por sus características sería fácil predecir su destino.

A esto ayuda el hecho de que el filme no tiene un protagonista específico: Cogan es la cara visible en los pósters por el simple hecho de estar interpretado por Brad Pitt, el actor más famoso en la película, pero Cogan, aunque es uno de los personajes con más tiempo en pantalla –aunque tarda en aparecer- no es el personaje central, ni tampoco lo es el joven ladrón que es la primera persona que vemos al empezar el filme. Todos los personajes son secundarios al servicio del verdadero protagonista, la situación misma; o quizá todos son protagonistas, al formar parte del todo de la situación. Depende del punto de vista de quien vea el filme.

Pitt hace un efectivo trabajo con un personaje cuya profundidad no es muy explorada –aunque el rasgo personal suyo que da título a la película es un buen toque-, pero tampoco se explora mucho la de ninguno de los personajes, y el filme no sufre por ello porque individualmente no son importantes. Sin embargo, el buen hacer de todos los actores hace que se sientan reales, como auténticos seres humanos atrapados en una situación oscura y desgraciada.

No se trata de una película de acción –si eso es lo que usted busca, hay otras opciones en cartelera-, pero sí cuenta con alguna que otra explosión de acción en la que el director emplea elementos como la cámara lenta para plasmar escenas espectaculares sin requerir la destrucción de vehículos o sofisticados efectos especiales. Las escenas de acción del filme pueden ser un casi poético acribillamiento en cámara ultralenta como un simple y poco ceremonioso tiro en la cabeza; ambas golpean igual de fuerte.

El sonido también se destaca en los momentos de acción o violencia; una estremecedora golpiza a uno de los personajes se ve y suena extremadamente dolorosa. Es un filme sólido desde el punto de vista técnico.

¿Puedo recomendar “Mátalos Suavemente” para ir a verla al cine? Absolutamente sí. Como dije antes, no tiene impresionantes secuencias de acción, costosos efectos especiales de tecnología puntera ni ninguna de esas cosas que mucha gente señala como las cosas que hacen que una película “sea para cine”.

Yo soy de la opinión de que una película necesita sólo una cosa para que valga la pena verla en el cine: ser buena. Y “Mátalos Suávemente” es una muy buena película, inteligente y emocionante, bien actuada y aún mejor dirigida.

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MÁTALOS SUAVEMENTE (Killing Them Softly)

Dirigida por Andrew Dominik

Escrita por Andrew Dominik (basada en una novela de George V. Higgins)

Producida por Brad Pitt, Dede Gardner, Anthony Katagas, Paula Mae Schwartz y Steve Schwartz

Edición por Brian A. Kates y John Paul Horstmann

Dirección de fotografía por Greg Fraser

Elenco: Brad Pitt, Scoot McNairy, Ben Mendelsohn, James Gandolfini, Richard Jenkins, Vincent Curatola y Ray Liotta

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