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Tanto Will Ferrell como Mark Wahlberg son experimentados actores en lo que se refiere a la comedia, y ambos – particularmente Ferrell, que tiene a personajes como el genial Mugatu de Zoolander, el inolvidable Ron Burgundy de Anchorman y el memorablemente descerebrado Ricky Bobby de Talladega Nights – han hecho trabajos bastante memorables en ese género en el pasado. Eso sin contar la vez anterior que trabajaron juntos, en la muy buena Policías de Repuesto.
Así que la capacidad de uno de disfrutar de su mas reciente filme, Guerra de Papás, depende mayormente de si uno suscribe a la filosofía del vaso medio lleno o el vaso medio vacío: uno puede lamentar la ausencia de un humor más creativo y alocado que podría haber encajado bien en esta historia, o bien podría tomar el filme por lo que es, una comedia que hace reir y pasar un buen rato que no va a tener un gran impacto en el espectador más allá de las dos horas de duración del filme, pero que lo va a tener pasándola bien durante ese breve tiempo.
La historia es familiar pero llena de posibilidades: Brad (Ferrell) es un hombre paternal por instinto que se casa con una mujer llamada Sara (Linda Cardellini) y se vuelve el padrastro de los dos hijos de ella. A pesar de la dificultad que tiene para conectar con sus hijastros – que tienen la tendencia a ignorarlo o a dibujarlo sufriendo todo tipo de abusos y violencia... generalmente con heces de perro involucradas – Brad ama ser un padre.
Sin embargo, su situación se complica enormemente con la llegada de Dusty (Wahlberg), el padre biológico de los niños. Dusty es apuesto, tiene un gran físico, carismático, maneja una enorme motocicleta y es en general el opuesto polar del domesticado y dócil Brad, y ambos hombres comienzan un alocado duelo personal por el afecto de los niños.
El principal problema que tiene Guerra de Papás es que presenta situaciones demasiado familiares sin darle demasiada personalidad propia, sin darles un giro que las haga propias. Ya vimos a protagonistas de comedias como esta humillarse tratando de ser “cool”, o avergonzándose a sí mismo en un evento deportivo, y esos son solo un par de varios clichés que el filme desentierra y refrita sin demasiados condimentos propios. El director Sean Anders le imprime al filme una actitud de “piloto automático” cuando alocarse un poco más hubiera sido genial.
De hecho, Policías de Repuesto, la colaboración previa entre Ferrell y Wahlberg, tenía como una de sus principales fortalezas la forma en que se servía de esos clichés y les ponía algo especial. Al ser una comedia policial, no extraña que en algún momento haya una humorística pelea entre dos policías, pero el director Adam McKay hace que sea en medio de un funeral, y la escena clásica de dos tipos forcejeando mientras un círculo de personas los rodea y les grita se hace con susurros; incluso el capitán viene a gritarles que paren, siempre susurrando. Esa actitud de innovar con lo clásico está ausente en esta película.
Lo que no quiere decir que haya momentos rescatables. Al contrario, la película tiene sus momentos de humor ridículo, y un gran uso de personajes secundarios como un albañil que se vuelve en cierta forma parte de la familia o el jefe de Brad, interpretado por un Thomas Haden Church que se roba todas sus escenas.
Eso, y el muy buen elenco del filme, acaban elevando la película a algo lo suficientemente disfrutable. Aunque Wahlberg no tiene tantas oportunidades para apretar el acelerador con sus virtudes cómicas como sí tenía en Policías de Repuesto o Ted, el actor hace un trabajo efectivo, y Ferrell es uno de esos actores cómicos que está tan en su elemento haciendo del “hombre común” como del demente inolvidable, así que este filme no es ningún problema para él.
Personalmente me hubiera gustado ver más situaciones creativas como las que un Adam McKay le hubiera imprimido a esta historia, me hubiera gustado que a Wahlberg le dieran más cancha para alocarse, me hubiera gustado que las escenas cómicas y las sentimentales no estuvieran tan separadas, sino que hubieran sido un poco más integradas como hacía, por ejemplo, Casa Vampiro.
Sin embargo, hay risas en una buena cantidad en Guerra de Papás así como es, y si uno va por un poco de comedia ligera no va a salir decepcionado.
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GUERRA DE PAPÁS (Daddy's Home)
Dirigida por Sean Anders
Escrita por Sean Anders, Brian Burns y John Morris
Producida por Will Ferrell, Adam McKay, John Morris y Chris Henchy
Edición por Eric Kissack y Brad Wilhite
Dirección de fotografía por Julio Macat
Banda sonora compuesta por Michael Andrews
Elenco: Will Ferrell, Mark Wahlberg, Linda Cardellini, Scarlett Estevez, Owen Vaccaro, Thomas Haden Church, Hannibal Buress, Bobby Cannavale y John Cena