Tras el reconocimiento mundial que logró con Vidas Pasadas (Past Lives), una película sutil y poderosa sobre el amor perdido, Celine Song regresa con Amores Materialistas, una propuesta que, al menos en papel, prometía una mezcla seductora de comedia, crítica social y romance. Pero el resultado es otro: un filme que se desploma por culpa de un guion desastroso, incoherente y superficial.
La premisa es simple, demasiado simple para una directora de su talla: Lucy (Dakota Johnson) es una casamentera de lujo que jura no enamorarse, hasta que la vida —y el cliché— la arrinconan entre dos hombres: Harry (Pedro Pascal), un millonario irresistible, y John (Chris Evans), su ex pobre pero apasionado. Hasta ahí, lo típico. Pero el problema no es el triángulo amoroso, sino todo lo que lo rodea.

Cuando la forma supera al fondo
Visualmente, la película está impecable. Nueva York luce de postal y los vestuarios, oficinas y penthouses están diseñados para Pinterest. Pero debajo del brillo, no hay sustancia. Las actuaciones se sostienen, sin más: Pascal tiene carisma de sobra, Johnson hace lo que puede con un personaje plano, y Evans parece más cómodo en sus líneas que en su arco emocional.
Pero el guion... el guion es un naufragio. Y lo más grave: un naufragio que pretende navegar aguas profundas sin brújula ni mapa.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Lea más: ¿Dónde ver Amores materialistas?: horarios y cines
Drama serio metido a presión
Intentando parecer más que una comedia romántica, Amores Materialistas introduce, casi de contrabando, una subtrama sobre abuso y violencia contra la mujer. Y lo hace con una ligereza imperdonable. El drama es real, grave y merecería otra película. Pero aquí es minimizado, disfrazado de “obstáculo narrativo” para justificar decisiones de personajes, y termina saboteando cualquier intento de profundidad emocional.
Lo que podría haber sido una crítica punzante al capitalismo del amor (casamenteras vs. apps, dinero vs. sentimientos) se convierte en una ensalada de tono indefinido.

Ni Marvel los salva
Tres actores con historial superheroico no logran levantar el vuelo. Pascal (el nuevo Mr. Fantastic), Evans (el ex Capitán América) y Johnson (la fallida Cassandra Webb) están atrapados en una historia que no sabe si quiere hacernos reír, llorar o encender el debate feminista. Y lo peor: no logra hacer ninguna de las tres cosas.
Una oportunidad perdida
Celine Song tenía todo para revalidar credenciales. Pero en Amores Materialistas parece haber perdido la brújula narrativa. Entre frases huecas, situaciones forzadas y una resolución que roza lo absurdo, esta película no solo decepciona: frustra.
Ni el vestuario, ni el reparto de lujo, ni el falso brillo de las luces románticas pueden ocultar lo que Amores Materialistas realmente es: una comedia sin gracia, un drama sin alma y una oportunidad de oro desperdiciada.