Cargando...
Sudamérica no carece de buenos antecedentes en el cine de terror como La casa muda de Uruguay, la surreal película animada La casa lobo de Chile o el muy buen drama paraguayo Latas vacías. Pero la argentina Cuando acecha la maldad se siente como un salto a niveles nuevos tanto en calidad técnica como en lo visceral del horror que presenta.
Lea más: Horarios de “Cuando acecha la maldad” en cines de Paraguay
La historia trascurre en una zona rural de Argentina donde dos hermanos, Pedro (Ezequiel Rodríguez) y Jaime (Demián Salomón) descubren un cuerpo mutilado en el bosque cerca de su rancho, un descubrimiento que los lleva a enfrentarse con un brote de maldad demoniaca que amenaza a toda la zona con posesión y muerte.
El terror en Cuando acecha la maldad es un tipo de horror específico muy similar al de otra de las grandes revelaciones recientes del género, La bruja de Robert Eggers.
La ambientación es distinta en época y en locación geográfica, pero ambas historias parten de la premisa de una superstición popular rural, eso de lo que tu abuelo en el campo te advertía cuando eras pequeño para lograr que obedezcas, que toma una aterradora forma real, y ambas historias colocan a sus protagonistas en una posición de orfandad e indefensión existencial ante amenazas que son conocidas, incluso entendidas en cierta forma muy limitada, pero contra las cuales no tienen defensa.
El horror que emana de los “embichados” o “encarnados”, los poseídos de la película, es profundamente visceral, físico, en principio más biológico que sobrenatural. Enfermedad, infección, pus, todo traído a la pantalla con un realismo nauseabundo por medio de un trabajo de maquillaje y efectos especiales de primera.
Un “embichado” es un animal humano enfermo de rabia cuya infección los protagonistas no logran purgar o aislar, y las consecuencias acaban siendo apocalípticamente violentas.
Los horrores que el director Demián Rugna desata, especialmente en los dos últimos tercios de la película, son dantescos, haciendo uso experto no solo del ya mencionado gran trabajo en efectos especiales de la película para crear espeluznantes momentos de terrible violencia; sino también demostrando un gran entendimiento de la importancia del ritmo, el balance entre tensión y distensión, y la capacidad del sonido para potenciar una escena de terror añadiendo un elemento de incomodidad.
En uno de los momentos más angustiantes de toda la película, una cacofonía de gritos que dura varios minutos incómodos y dolorosos precede a la instancia de violencia particularmente chocante, más que nada por quién resulta víctima.
En términos de “shock” visual, la película sin duda se destaca. Pero, igual que en La bruja, el horror que cala realmente profundo en Cuando acecha la maldad es el hecho de que los demonios de los que los abuelos y la iglesia nos advierten existen, pero Dios parece no existir o, si existe, el sufrimiento de quienes le rezan pidiendo que los libre del mal le es indiferente.
Con el asterisco de que no es recomendable para aquellos que no tengan el estómago fuerte, Cuando acecha la maldad es un ejemplo de cine de terror sudamericano de primera categoría.
Calificación: 4/5
-----------------------------------------------------------------
Cuando acecha la maldad
Dirigida por Demián Rugna
Escrita por Demián Rugna
Producida por Fernando Díaz
Edición por Lionel Cornistein
Dirección de fotografía por Mariano Suárez
Banda sonora compuesta por Pablo Fuu
Elenco: Ezequiel Rodríguez, Demián Salomon, Silvina Sabater, Luis Ziembrowski, Marcelo Michinaux, Emilio Vodanovich, Virginia Garófalo, Paula Rubinsztein, Lucrecia Nirón Talazac, Isabel Quinteros, Desirée Salgueiro, Federico Liss