“Emilia Pérez”, la película del director francés, Jacques Audiard, intenta ser disruptiva, pero se pierde en su propia ambición y, en el proceso, ofende a varios colectivos marginados. Con un tono pretencioso, mezcla la violencia de los carteles mexicanos con el drama personal de un capo narco que busca un cambio radical, aunque el resultado termina siendo más polémico que innovador.
La magia se apodera de la pantalla grande con el espectacular musical: “Wicked”. Protagonizada por Cynthia Erivo y Ariana Grande, Esta emocionante y visualmente impactante adaptación explora el origen de las brujas de Oz. Con una poderosa banda sonora y un mensaje universal, nos recuerda que el “malo” no siempre es tan malo y que hasta los mayores enemigos pueden unir a las personas frente a un desafío común.
Gladiador II de Ridley Scott trae de vuelta la épica romana que revolucionó el cine en el 2000, y aunque su historia no intenta imitar al clásico original, amplía el universo de Gladiador con un relato fresco y lleno de giros inesperados. La película, protagonizada por Paul Mescal y Pedro Pascal, recupera la crudeza y el dramatismo de la antigua Roma, y al mismo tiempo se atreve a innovar en el enfoque, ofreciendo escenas de intriga y traición que evocan a otras grandes producciones del género.
En “El tiempo que tenemos”, el director John Crowley, apuesta a un drama romántico que, pese a contar con las destacadas interpretaciones de Andrew Garfield y Florence Pugh, no logra aprovechar todo su potencial debido a un guion que se queda corto en profundidad. La película aborda la historia de una pareja que debe enfrentarse a uno de los mayores desafíos que puede golpear una relación: el cáncer. Aunque esta premisa prometía una exploración intensa y conmovedora, el resultado es desigual y deja al espectador con una sensación de desconexión.
“Robot Salvaje”, la nueva animación de DreamWorks, es una película repleta de emociones que dejan al corazón “encendido”. Es una historia que aborda temas completos de forma simple y que hacen sentir cómodos a los espectadores -ya sean chicos o grandes- en una aventura con mucho drama pero también muchas risas.
“La Sustancia” es una obra que juega con los límites del género, fusionando el terror con elementos de humor negro. La dirección de fotografía, soberbia, y las actuaciones, especialmente la de Demi Moore, elevan esta película a otro nivel. Sin embargo, es en su exploración de temas como la identidad, la vanidad y el envejecimiento donde reside su verdadera fuerza. Un filme que, si bien puede resultar excesivo para algunos, invita a una profunda reflexión sobre la naturaleza humana.