No Te Va Gustar: “Con muchas ganas de tocar en Paraguay”

Con nuevo disco en manos, hoy son el grupo más popular en el Río de la Plata. Antes de su show de este sábado en el Yacht, el vocalista de No Te Va Gustar comparte el gran momento de la banda uruguaya.

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Le entregan su vida a la música hace ya 20 años, cuando –allá por 1994– unos espontáneos jóvenes montevideanos se juntaban como un trío de amigos. Con concursos de por medio y primeros discos, el tiempo transcurrió para ellos con una incesante evolución. Poco después “cruzaron el charco” para conquistar –paso a paso, y sorteando dificultades– el mercado musical argentino, industria que hoy lideran con tranquilidad.

En los últimos años, un vínculo especial se formó entre la banda y el público paraguayo: desde 2012 vienen cada año y la película del grupo –el documental El verano siguiente, dirigido por Gabriel Nicoli–, se estrenó este año en simultáneo con Argentina y Uruguay.

Este sábado 6 de diciembre, la agrupación vuelve con novedades: su más reciente producción, El tiempo otra vez avanza (2014), un álbum que supone un crecimiento discográfico, esta vez de la mano del productor estadounidense Joe Blaney, quien había trabajado con The Clash, Ramones, Keith Richards; pero también con íconos argentinos como Charly García, Andrés Calamaro y Divididos.

En una extensa entrevista telefónica desde Buenos Aires, el vocalista Emiliano Brancciari nos revela cómo cierra un año exitoso y deja en claro que –a pesar del éxito– bien conserva los pies en la tierra.

-¿Cuál es la esencia de El tiempo otra vez avanza?

-Es un disco muy especial para nosotros, por el momento que vive la banda, que es un momento de relación a nivel emocional, digamos, donde estamos avanzando nuevamente. Pasamos por un periodo donde sentíamos que estábamos detenidos en ese sentido, y también es especial por la forma en que lo grabamos, porque cuenta con la producción de Joe Blaney y él nos sugirió grabarlo en vivo. Fue la primera vez que lo hacíamos, grabando todos juntos a la vez, así que nosotros ya notamos esa diferencia y el proceso fue muy divertido, muy sano, digamos. Lo terminamos simplemente porque decidimos hacer el mejor disco posible, no pensábamos en otra cosa.

-¿En qué aportó Joe Blaney al sonido de No Te Va Gustar, más allá de esa forma de grabar?

-Creo que frescura, despreocuparse… en no buscar el disco perfecto sino el disco que se presentaba propio. Me parece que fue por ahí. El sonido también, porque él es un gran ingeniero de sonido, de mezcla, entonces todo lo que toca lo hace sonar bien...

-De todas formas, el disco suena bastante prolijo en cuanto a los arreglos y detalles de grabación…

-Sí, lo que pasa es que ya somos perfeccionistas de por sí, y también hace muchos años que tocamos juntos, entonces va a ser mucho más fácil de tocar y relajarnos... como estamos continuamente tocando juntos, todo se hace más fácil. Pero sí, no dejamos de mirar los detalles, simplemente que no tratamos de arreglar todo con la tecnología para que quedara perfecto lo que suene.

-Al ver el tracklist nos encontramos con títulos como Me ilumina hoy, Presente, Viajando sin espada… títulos que dan cierta sensación de viaje. ¿Están vinculadas, de alguna forma, al nombre del disco?

-El título, en realidad lo encontramos después de haber grabado el disco, con una frase de una canción que se llama Llueve tranquilo, que grabamos para el documental que sacamos el año pasado y, básicamente, esa canción habla de la situación emocional del grupo. Entonces, en la segunda frase de la canción nos pareció que todo el disco tenía que ver con eso, y que este es el momento donde nos estamos nuevamente mirando hacia adelante y no haciendo las cosas por inercia.

-Ese tema, sin embargo, no forma parte del disco…

-Como ya lo habíamos grabado, preferimos elegir otras canciones nuevas, que la gente no hubiera escuchado nunca; lo que sí hicimos fue darle una edición digital. La van a encontrar en iTunes: está Llueve tranquilo y también Madre nuestra, que están fuera del disco físico.

-En el documental El verano siguiente –estrenado en Asunción en marzo de este año– veíamos a la banda en una situación casi de reality. ¿Cómo tomaron esa exposición?

-La verdad que no nos dimos mucho cuenta de lo que estábamos haciendo. Lo que empezó como un registro de imágenes del disco terminó siendo una película, sin una idea previa a eso… y eso lo hizo mucho más real y sincero, pero también un poco arriesgado porque nosotros no estábamos acostumbrados a que la gente nos viera puertas adentro. Lo dejamos fluir, y artísticamente está buenísimo. Después, nos da un poco de miedo porque es como abrir la puerta de tu casa y bueno, eso lleva muchos riesgos.

-Uno de los momentos más fuertes, inevitablemente, tiene que ver con la muerte de Marcel (Curuchet)…

-Sí. Y sí, sin dudas, es lo más fuerte que hemos reconocido como grupo humano. Es obvio, se nota en la película… y nada más es una muestra de todo lo que nos pasó... pero bueno, nos estamos recuperando.

-¿Existió, en su momento, cierta discusión sobre evitar registrar –o no- algunas de esas escenas?

-Es que no lo discutimos mucho, cuando Gabriel (Nicoli) me dijo que quería hacer una película con lo que tenía, supimos que él nos iba a cuidar, que tampoco iba a apelar al morbo, ni mucho menos. También estábamos haciendo las cosas medio por inercia, entonces tampoco fue como que lo discutimos demasiado. “Si está bueno artísticamente, hagámoslo”.

-En la preproducción de El calor del pleno invierno (2012) nos hablaste del exceso de material. ¿Pasó lo mismo esta vez?

-Sí, sí. Trabajamos con muchas canciones, pero lo que no hicimos esta vez fue votar. Fue hablado, fue consensuado y con una facilidad de grandes amigos, fue decir: “esto ya lo hicimos, esto también... esta canción me gusta más, esta menos”, y así fuimos hablando, fuimos descartando canciones, hasta que quedaron las 13 que grabamos… y 12 para el disco.

-¿Sentís que esta forma de selección aportó en un estilo definido para el disco, más allá de la elección matemática que acostumbraban?

-Y sí, la verdad que está bueno cuando se hablan las cosas y se deciden de esa forma, porque cuando es mediante el voto no tiene argumentos; simplemente son los gustos y queda el disco desparejo. Entonces está bueno poder hablarlo y que se digan las cosas lo más directo posible.

-La primera percepción con la escucha del disco es la un sonido más oscuro y sombrío… ¿Lo sentís de esa manera?

-Probablemente, sí. Tendría que sentarme y escuchar de vuelta, pero la verdad que sí, pasamos por momentos muy duros, y desde esa oscuridad que se escribe nos alumbra la esperanza de encontrar la luz en el medio del camino.

-En los últimos años se forjó un vínculo bastante cercano entre la banda y Paraguay, como muy pocos artistas del Río de la Plata. ¿Cómo explican esa afinidad tan fuerte que tienen sus fans locales con su música?

-La verdad es que nos sentimos muy queridos, nos sorprendimos ya hace unos años. A Paraguay estuvimos cinco años sin ir, desde la primera vez que fuimos al Pilsen Rock, entonces no teníamos noción de si era real lo que ocurría con nosotros. Hasta que llegamos y tocamos, y nos dimos cuenta de que nos querían mucho y, a medida de que fuimos yendo, el público fue creciendo. Siempre nos sentimos halagados con eso y ahora vamos con muchas ganas de tocar por los antecedentes. Cada vez que estuvimos la pasamos muy bien, aparte es el último show del año, así que para nosotros es importante cada vez que terminamos un año que sea de la mejor forma… y que nos toque en un lugar donde nos quieren mucho está buenísimo.

-Este momento de la banda también está reflejado en la tapa de la Rolling Stone, en su edición argentina. ¿Cómo viven ese güiño?

-La verdad que nosotros hace mucho tiempo que estamos tocando en Argentina por todos lados, por todo el país, y el público es muy cariñoso con nosotros. Es muchísima la gente que nos escucha acá, y lo vivimos con alegría pero con tranquilidad. Nosotros, puertas adentro, seguimos siendo el mismo grupo de amigos y que termina de tocar y se va a su casa a ser una persona normal. La verdad que lo vivimos con total tranquilidad, y aparte no nos estamos fijando demasiado en eso, en lo que pasa fuera, más allá de que lo disfrutamos y todo... pero tratamos de no creernos más de lo que somos.

-Y el título de la nota (“La gran banda del rock nacional es uruguaya”) también se presta a la polémica. ¿Se sienten parte del rock argentino?

-La verdad que sí, nos sentimos parte porque tocamos muchísimo acá y la gente nos trata como a una banda local, más allá de saber de dónde venimos. Pero, ya te digo... hay que vivirlo con total tranquilidad, porque no somos más que una banda de música que se divierte haciendo música, y es nuestra forma de vida. Y si ellos nos ven así, nos ven como la banda más grande de acá, bienvenido sea y lo agradecemos.

-¿Cuál es la peor parte de ser la banda más popular del momento? ¿La fama, la falta de tranquilidad?

-Bueno, sí, un poco es eso. La verdad que sí. Más allá del cariño que se traduce de esa forma, pero es una necesidad también estar tranquilo. Se extraña un poco eso. Se extrañan los shows más chicos; de hecho los tenemos, pero en otros países, donde empezamos a ir... empezamos de cero también. Sí, se extraña un poco la intimidad y el estar tranquilo. De hecho, ahora te estoy hablando y hay un montón de gente afuera y estamos comiendo.

-¿Qué prepara la banda para el show en el Yacht?

-Vamos a tocar un show de dos horas, donde van a escuchar un poco de cada disco y algunas canciones del disco nuevo, así que va a ser bastante variado y, obviamente, no van a faltar las canciones que la gente quiere escuchar.

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