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BUENOS AIRES (EFE). Cuando se cumplen 40 años de la publicación del primer disco de la icónica artista, que dio la vuelta al mundo con su particular canto operístico mezclado con el punk, el Teatro Ludé de Buenos Aires se viste de vanguardia para homenajear la figura de alguien que “supo dejar su propia huella“, cuenta a Efe Karina, creadora y directora del proyecto. “Este espectáculo es para derribar los muros de nuestras propias limitaciones” como sociedad, explica la también actriz y cantante, que ha vivido y trabajado en Argentina, España y Alemania y dio sus primeros pasos en el teatro musical a finales de los 80, dentro del cuerpo de baile de “Sugar“, protagonizada por Ricardo Darín y Susana Giménez. Su admiración por Nina Hagen (Berlín Oriental, 1955), a quien define como una artista “rupturista” que bregó por transformar los tiempos con una mirada pacifista, feminista y transgresora, comenzó cuando era pequeña, en tiempos en los que se empezaba a desarrollar en Buenos Aires como bailarina clásica. “Digamos que la historia de Nina Hagen ilustra su oposición frente a las armas nucleares, frente al Muro de Berlín, su postura sobre la guerra fría... Eso fue muy significativo en su vida y arte“, recalca Karina, de 51 años, convencida del “profundo compromiso en pos del cuidado del medio ambiente y los derechos de los animales” de la cantante alemana, que sigue en activo. Para llevar todos esos conceptos al escenario de su antiópera -como ella la denomina por romper con los cánones tradicionales operísticos-, la artista argentina se da la mano de un curtido equipo musical y visual y sobre todo de su esposa Cynthia Manzi, actriz y cantante que encarna, como protagonista absoluta, el personaje de Mamapunk, la “evocación” de Hagen. “Es un gran desafío, porque es un material muy complejo en cuestión musical y vocal“, cuenta Cynthia a Efe sobre las canciones de la considerada ‘madre del punk’ que interpreta en el espectáculo, traducidas y adaptadas al castellano por Karina y que combinan la lírica con el rock, el reggae, el techno o el funk. Nacida en la provincia norteña de Salta hace tres décadas, hace trece años que Manzi llegó a Buenos Aires gracias a una beca. Se inició en los escenarios haciendo coros al dúo musical Pimpinela y se forjó en la comedia musical. “Yo no conocía a Nina Hagen tan profundo. La conocí a través de Lady Gaga, que la nombró en una entrevista. (...) y dije.. ¡guau! ¿quién es esta mujer? El mensaje que tiene, la crítica hacia los seres humanos, lo que uno tiene que transformar y cambiar.... Nos sentimos muy identificadas con su filosofía de vida“, afirma. Casadas en 2015, no es la primera vez que ambas, ovolactovegetarianas y budistas, se sumergen juntas en el mundo de Hagen: “Mamapunk... el concierto“, que se estrenó el pasado sábado en el Ludé y se presentará en cinco noches más, viene precedido de una versión de teatro musical en la que Karina encarnaba a la protagonista y su mujer el personaje de Cosma. “Adoro hacer este espectáculo y llegar al corazón de las personas. Hay lugares en donde no se la conoce a Nina y me gustaría junto con ‘Kari’ que podamos llegar con este mensaje“, indica Cynthia, al tiempo que su mujer reconoce la necesidad de traer al presente el mensaje de la artista alemana.