El grupo dará tres espectáculos en Chicago a partir del viernes y los veteranos artistas han dicho que éste será su gran final. Los boletos para los tres shows son los más codiciados en años en Estados Unidos.
Los conciertos también celebran el 50º aniversario de los Grateful Dead, quienes revolucionaron el concepto de gira musical cuando alentaron a sus fans a que grabaran los conciertos en radiocasetes y los animaron a viajar con ellos de un extremo a otro del país. Esto creó la subcultura de los “deadheads” conocida por su espíritu amigable, su actitud liberal hacia las drogas y... sus camisetas tie-dye (anudadas y desteñidas).
Su conección con los “deadheads” sigue firme incluso a pesar de que el último hit de la banda, Touch of Grey, data de 1987. Pero, de hecho, el espíritu contraculural que floreció en los ’60 y del cual los Greatful Dead son en parte responsables, creó una comunidad de fans que los siguen precisamente porque no son un gran éxito comercial.
Acompañar a la banda en sus giras “era como ir a la iglesia. Uno iba y se sentía energizado, limpio”, contó Greg Griffith, quien viajó a Chicago desde Virginia y afirma haber ido a más de 100 conciertos de los Grateful Dead desde 1973.
Producto del fermento cultural de San Francisco en los años ’60, los Grateful Dead suelen describirse como rock psicodélico, pero también tienen elementos de blues, country, bluegrass y jazz. Los Dead adoptaron la improvisación del jazz, lo cual convenció a sus fans viajeros de que cada espectáculo sería siempre diferente al anterior.
También siguieron estrategias de mercadeo innovadoras para la época que inspiraron a muchos imitadores: crearon su propio sello discográfico y su propia oficina de venta de boletos, y ellos mismos grabaron los mensajes de las líneas telefónicas.
Muchos “deadheads” se convirtieron en personalidades prominentes, como el fallecido fundador de Apple Steve Jobs y el ex vicepresidente Al Gore. El “deadhead” Patrick Leahy, ahora uno de los más importantes senadores de Estados Unidos, dijo a la AFP luego de que se anunciara este trío de conciertos, que los Grateful Dead tenían un “sonido único” y que revolucionaron la interacción con los fans.
“No me sorprende que mucha gente exitosa se sintiera tan atraída por esta música, porque es compleja”, dijo Rebecca Adams, una profesora que estudió la cultura Deadhead. “Hay que tener cierta sensibilidad para entender esta música y, sin importar la situación económica, hay que ser bastante inteligente”, dijo Adams, quien dirige el programa de gerontología de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro.
Cerca de 500.000 personas compraron boletos en línea para los conciertos de Chicago desde que salieron a la venta en febrero. El furor significó un récord para el vendedor Ticketmaster, sin contar a los pasados de moda que adquirieron las entradas por correo tradicional. Cuando los revendedores comenzaron a obtener 1.000 dólares por cada boleto, los Grateful Dead añadieron dos fechas que ya tuvieron lugar el fin de semana pasado en San Francisco.
“Esto es por lejos uno de los conciertos mejor vendidos que hemos visto”, dijo Cameron Papp, portavoz de StubHub.