Resulta difícil medir el impacto y la huella en el rock and roll de Chuck Berry, uno de los primeros mitos de este estilo de música efervescente y juvenil que cambió de raíz la música popular en el siglo XX. Autor de temas inolvidables como Johnny B. Goode o Maybellene, Chuck Berry falleció a los 90 años en su domicilio a las afueras de San Luis (EE.UU.).
Como también es imposible cuantificar el peso que para la comedia disparatada de muecas, tropiezos, equívocos y disfraces tuvo Jerry Lewis, uno de los máximos exponentes de este estilo, que murió a los 91 años.
Actor, director, productor, guionista y artista total, Lewis formó una pareja memorable del humor junto a Dean Martin y dejó para la posteridad filmes The Bellboy (1960) o The Nutty Professor (1963).
En un registro completamente diferente, el de la elegancia y la finura de todo un agente 007, el cine lloró también la pérdida a los 89 años del británico Roger Moore, protagonista de Live and Let Die (1973) y The Spy Who Loved Me (1977) y el actor que más veces se puso en la piel de James Bond.
Otro ilustre y respetado intérprete inglés como John Hurt, conocido por largometrajes como Alien (1979) o The Elephant Man (1980), sucumbió al cáncer a los 77 años. Era un actor de culto, al igual que Jeanne Moreau, musa de la “Nouvelle Vague” y mito del cine francés, una enigmática actriz y cantante Jeanne Moreau que trabajó casi hasta el final de sus 89 años y que está en la historia del cine por haber participado en joyas del séptimo arte como Jules et Jim (1962).
Y la televisión estadounidense despidió a todo un ícono femenino como Mary Tyler Moore, que falleció a los 80 años y que con The Mary Tyler Moore Show se convirtió en un emblema de la mujer moderna e independiente.
Más joven, con 73 años, nos dejó Jonathan Demme, director de The Silence of the Lambs (1991) una de las tres películas -junto a It Happened One Night (1934) y One Flew Over the Cuckoo's Nest (1975) -que han ganado los cinco Óscar considerados más importantes: mejor película, director, actor, actriz y guion.
De mirada afilada e imponente presencia como la de un “cowboy”, el actor y escritor Sam Shepard, guionista de Paris, Texas (1984) e intérprete de The Right Stuff (1983), también murió a los 73 años.
Mientras que el cine de terror dijo adiós a dos brillantes maestros del género como George A. Romero (Night of the Living Dead, 1968) y Tobe Hooper (The Texas Chain Saw Massacre, 1974; y Poltergeist, 1982).
Martin Landau, ganador del Óscar por la cinta Ed Wood (1994), fue otro de los rostros conocidos que se fueron en 2017, un año que despidió a otros artistas de la pequeña y la gran pantalla como Harry Dean Stanton, Miguel Ferrer, Emmanuelle Riva, Anita Pallenberg, Bill Paxton, Frank Vincent o Michael Nyqvist. Y el mundo latinoamericano sufrió una gran pérdida, la del actor argentino Federico Luppi, un nombre no exento de polémica por sus declaraciones a tumba abierta y presencia elegante en medio siglo de películas, con títulos como Un lugar en el mundo (1992), Sol de otoño (1996), Martín (Hache) (1998) o Cronos (2006).
A los melómanos de medio mundo les rompió el corazón el inesperado fallecimiento a los 66 años de Tom Petty, un enorme exponente del rock estadounidense más intenso y apasionado y el autor de himnos como American Girl y Free Fallin.
Los fans del sonido atormentado del grunge tuvieron que despedir a Chris Cornell, cantante de Soundgarden o Audioslave, que se suicidó a los 52 años en Detroit (EE.UU.).
Amigo íntimo de Cornell y líder de la banda superventas de “nu metal” Linkin Park, el vocalista Chester Bennington también se quitó la vida a los 41 años en Los Ángeles. De un estilo totalmente diferente, maestro del piano más juguetón de los inicios del rock, Fats Domino, firmante de canciones para la eternidad como Blueberry Hill, murió a los 89 años en su amada y natal Nueva Orleans.
No faltaron los motivos para que los fans del rock echaran alguna lágrima ya que 2017 despidió a los conocidos guitarristas Gregg Allman, de Allman Brothers Band; Malcolm Young, de AC/DC; J. Geils, de The J. Geils Band, y Walter Becker, de Steely Dan. Así como al dios del rock francés, Johnny Hallyday, las figuras del country Glen Campbell y Don Williams, el “crooner” Al Jarreau, el talento del soul Charles Bradley, el rapero Prodigy -del dúo Mobb Deep-, y la estrella del pop juvenil de los años '70 David Cassidy.