Thomas Bangalter, que acaba de festejar sus 39 años, y Guy-Manuel de Homem Christo, de casi 40, se conocieron en los bancos de la secundaria en París.
Tenían solo 17 y 18 años cuando fundaron Daft Punk en 1993. El nombre del dúo retoma la expresión que había usado un influyente semanario musical inglés para comentar el primer sencillo de su anterior banda Darlin’: “punk tonto”.
Tres años más tarde, gracias a “Da Funk/Rollin’ y Sratchin”, hacen su entrada en las discotecas europeas.
Con la llegada al mercado de materiales que permiten grabar en casa a menor costo, la música electrónica vive un nuevo boom, especialmente en Francia. Una nueva generación se apodera de esas herramientas integrando elementos traídos de otras culturas: del rock, del pop o del rap.
Junto al dúo de música house Cassius y la banda Air, Daft Punk se convierte así en referente del “French Touch”, como se conoce a los discos de música electrónica producidos por artistas franceses que seducen a los anglosajones.
En 1997, el dúo publica su primer álbum “Homework”, muy inspirado en la música house y tecno. El disco incluye en particular el primer éxito “Around the world”, que los lanza a la fama internacional.
Cinco años más tarde, su segundo álbum “Discovery” recicla la música de la década de 1980, el pop y el disco. El disco es un éxito. A menudo imitado, transforma la escena musical de principios de los 2000, aunque su tercer opus, “Human After All” (2005), algo más oscuro, será al contrario un fracaso comercial.
Desde sus principios, los dos franceses hicieron del marketing un componente integrado a su proceso creativo, con una idea simple: preservar el misterio.
Los Daft Punk no muestran nunca sus rostros, salen poco en la televisión -su presencia en la entrega de los Grammy no tenía precedentes desde 2008- y sacan pocos discos.
Resultado: cada una de sus apariciones es un acontecimiento y sus cascos de robot se convirtieron en una marca inmediatamente identificable.
Consagrados como surperestrellas, disfrutan aún más esa genial idea que les permite seguir teniendo una vida normal.
Para “Random Access Memories”, publicado en mayo pasado, llevaron al extremo ese arte del marketing, suscitando una expectativa planetaria en base a fragmentos y rumores difundidos por Internet... aunque al mismo tiempo ellos mismos se mantienen cuidadosamente alejados de la red.
El disco ha aparecido regularmente en el trío de los mejores álbumes del año según críticos de todo el mundo, desde los Inrockuptibles en Francia, a los Rolling Stone en Estados Unidos o el NME en el Reino Unido.
El sencillo “Get Lucky”, en dúo con Pharrell Williams, se convirtió en éxito planetario de 2013.
El álbum, grabado por primera vez en su carrera en un verdadero estudio con músicos como Nile Rodgers o Julian Casablancas, vendió 3 millones de ejemplares en todo el mundo en 2013.
Los dos robots cortaron simbólicamente los vínculos con su país de origen con motivo de la salida del álbum.
Hasta entonces vinculado a un sello discográfico francés, Daft Punk firmó contrato directamente con Columbia (Sony) en Estados Unidos para la salida de “Random Access Memories”.
Y el dúo, que también compite por los Brit Awards en el Reino Unido, rechazó ser nominado a las Victoires de la música francesa, que se entregarán el 14 de febrero.